Las madres buscadoras de sus familiares desaparecidos, organizadas, se han reunido varias ocasiones con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez. Ella durante horas ha escuchado sus dolores, rabia, demandas y propuestas.
Si no tenía, ahora a la funcionaria le sobra materia para, como ha dicho, mejorar y sustanciar la propuesta de ley que pretende volver a activar Claudia Sheinbaum y presentarla a los senadores.
Estas reuniones quizá están modificado la relación que durante el sexenio anterior AMLO estableció con las madres buscadoras. Fue tan mala que hacia el final de su mandato las insultó, les faltó al respeto y desacreditó a sus abogados y defensores de derechos humanos.
Además de recibirlas, la secretaria de Gobernación ha reconocido que es obligación del gobierno federal buscar a los desaparecidos, cosa sabida pero que, evidentemente, nunca se ha hecho. Hasta el momento no está claro que dicho reconocimiento vaya a ser realidad en este gobierno. Afirmó que para cumplir tal tarea es necesaria la coordinación con todas las instituciones, cuestión que considero nada sencilla.
Y para constatar tal dificultad, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, al unísono, afirmó que, definitivamente, de las evidencias encontradas en el Rancho Izaguirre no se deriva que dicho lugar haya sido un centro de exterminio.
Los Guerreros Buscadores de Jalisco no se anduvieron por las ramas y respondieron de manera contundente. Le advierten a Claudia que el fiscal miente y la está alejando de la senda que empezaban a caminar juntas.
Ojalá no se esté reproduciendo la clásica estrategia política donde un funcionario aparece como amable y comprensivo que gana la confianza, mientras otro hace el trabajo sucio, aprovechando la confianza depositada. De ser así, coloquialmente se podría decir, Rosa Icela construye, Gertz Manero destruye y las madres buscadoras siguen perdiendo.
De lo dicho en estas reuniones no destaca ninguna iniciativa en el sentido de hacer que un objetivo central sea evitar más desapariciones y asesinatos de madres buscadoras y luchadores sociales. Mientras estas reuniones de escucha y diálogo se realizaron, sucedieron, entre otros, los asesinatos de la señora María del Carmen Morales y de su hijo Daniel Ramírez, de la señora Teresa González Murillo, madres buscadoras, así como de Marco Antonio Suástegui, vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota, en Guerrero.
Seguro será importante tener otra ley, pero hace mucho que sabemos que existen dos Méxicos: el legal y el real. En el México legal, todo está bien pero siempre caben reformas. Sin embargo, el México real está muy lejos de lo que dicen las leyes particulares y la Constitución.
Desde abajo se mira y vive un México radicalmente distinto al que se pinta en las leyes y, por supuesto, no se vive con la seguridad y las necesidades básicas cubiertas como si las tiene el México de arriba. Como seguimos viendo, en el abajo social no hay derecho fundamental para la vida que se respete.
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