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(Foto: Michelle V�zquez)
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La presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, María Amparo Casar, señaló que las elecciones judiciales son el fruto de una reforma que nunca debió haber sido aprobada, porque destruyó la división de poderes y la independencia del Poder Judicial.
La analista política explicó que someter al Poder Judicial a elecciones desnaturaliza las funciones de los jueces y magistrados, porque estos no están para representar a los ciudadanos, sino para interpretar y hacer cumplir la ley.
En cuanto a las elecciones, destacó que fueron carísimas, estuvieron mal organizadas, mal presupuestadas, y el proceso se realizó con legislaciones y reglas improvisadas.
Mencionó que en esta elección se perdieron los tres principios que aseguran que el voto sea libre, universal y secreto, porque no había posibilidad de conocer a todos los candidatos; no fue equitativa, ya que los candidatos de Morena dispusieron de más recursos para sus campañas; y no hubo certeza, porque se eliminaron prácticas como el conteo por parte de los ciudadanos.
“No hubo certeza en las reglas, ni habrá certidumbre en los resultados”, sentenció Amparo Casar.
Los perfiles que se colaron y que tienen algún vínculo con el crimen organizado debieron ser eliminados al inicio; sin embargo, se van a eliminar después de que se conozcan los resultados.
El resultado de estas elecciones es un país con tres poderes dominados por una misma fuerza política y una Suprema Corte sin experiencia, mermada en sus facultades.
A estos males hay que sumar el Tribunal de Disciplina Judicial, que la analista calificó como un órgano inquisitorial del que poco se está hablando. “Si algún juez da un amparo contra un empresario que lleve una política distinta a la del presidente, va a quedar sujeto a este tribunal, que lo podrá castigar con una denuncia penal o con el despido, con lo que se pierde la capacidad de juzgar, la libertad, la autonomía y la independencia del Poder Judicial”.
GR
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