En un mundo donde los sistemas hegemónicos dictan cómo deben verse, amarse y organizarse las personas, hay colectivos que, desde los márgenes, construyen, viven y gozan nuevas formas de libertad. AJAAS –la Asociación para las Artes, el Activismo y la Academia– es uno de esos espacios donde florece la rebeldía creativa y la sanación colectiva. Desde el suroeste de Estados Unidos de Norteamérica hasta Tototlán y Ocotlán, Jalisco, en este lado del río Bravo, este movimiento resignifica una palabra que históricamente ha sido usada para ofender y discriminar: joto.
La “jotería” desde esta organización transfronteriza es un acto político, espiritual y artístico y, como dan testimonio sus integrantes, es una práctica de amor radical. Este colectivo (ajaas.com) está conformado por personas mexicoamericanas, chicanas, afromexicanas; indígenas, latinas y disidentes sexo-genéricas, quienes ponen el cuerpo, la palabra y la memoria al centro de su activismo. En sus congresos, talleres, publicaciones y encuentros, AJAAS propone una forma de organización que rompe con las jerarquías académicas y las estructuras normativas, pues no basta con resistir desde la teoría: hay que vivir la liberación en comunidad, desde el arte, la celebración, el cuerpo y la palabra, de acuerdo con el profesor Xamuel Bañales, presidente del Departamento de Estudios Étnicos de la Universidad estatal de California y fundador de esta colectiva transfronteriza.
Sanar es central en este proceso de liberación y reconocimiento. Es también una posición política que se aplica más allá de los límites académicos; el proceso de sanación implica reconocer las heridas que dejaron la colonización, el racismo, la gordofobia, la homofobia y el clasismo.
Desde los espacios de AJAAS, lo académico convive con lo afectivo; la intelectualidad se mezcla con la sensualidad; bailar también es una forma de protesta y de resistencia, de visibilidad y gozo; porque en esta colectiva se habla de placer, de cuerpos diversos y de sexualidad sin culpa, dice el profesor Eddy Francisco Álvarez Jr., vicepresidente del Departamento de Estudios Chicanos y Chicanas de la Universidad estatal de California en Fullerton e integrante de esta organización.
La jotería honra a sus predecesoras, a las mujeres de color que abrieron caminos, a los activistas trans que rompieron silencios, a las comunidades indígenas que sostienen el tejido espiritual de la lucha por ser quienes son. Para ellas, ellos y elles la memoria no es una carga, por lo contrario, es una fuente de poder. Desde su fundación en 2011, AJAAS trabaja por crear y ampliar espacios donde las personas puedan ser plenamente quienes son, sin pedir permiso o sentirse avergonzados por su origen, identidad, expresión de género u orientación sexual. La jotería no pide espacio, lo crea y, al hacerlo, abre la puerta para imaginar otras formas de existir, de sanar y de resistir juntas.
En tiempos de discursos regresivos, de ataques a los derechos humanos y el reforzamiento de fronteras que mutilan identidades, este movimiento nos recuerda que existe otra forma de estar y transitar por el mundo.
X: @claudiaacn
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