Buena noticia para los seguidores de la franquicia de Jurassic Park y (¿por qué no?) también para los fans de Scarlett Johansson. El jueves se estrenó Jurassic World: Renace, y para muchos cinéfilos será una sorpresa agradable por una simple razón: reivindica a una franquicia que parecía haber perdido el rumbo tras la decepcionante Dominio.
En esta séptima parte, el director Gareth Edwards le da frescura a la historia con una producción ideal para disfrutar con tus palomitas. Con decirte, amigo lector, que el filme logra algunas de las secuencias visuales más impresionantes de toda la saga. ¿No me crees? ¡Corre a verla! Sin duda, esta nueva propuesta está muy lejos del caos narrativo de su predecesora.
Renace fluye muy bien. Tiene un ritmo más medido, controlado. Sin renunciar a las espectaculares secuencias con sus monstruos, la película también apuesta por un discurso ético y crítico que, si bien no se explora a fondo, ofrece momentos de reflexión que van más allá de los rugidos y explosiones.
Lo mismo sucede con interesantes dinámicas de poder y respeto. Se abordan de manera ligera, no obstante, dan profundidad a la cinta.
¿Ya dijimos que sale Scarlett? La popular actriz declaró ser admiradora de la franquicia y se nota en la pantalla grande, lo disfruta. Con Zora, una mercenaria con principios, demuestra su entusiasmo por el proyecto desde el primer minuto. La verás colgada de cabeza, corriendo, brincando. Se adueña de su personaje con carisma y una mezcla de dureza y sensibilidad que recuerda a los grandes protagonistas de aventuras clásicas.
El elenco, en general, se muestra con buena química y fuerza. No obstante, la relación entre Zora y Duncan (otro de los personajes principales interpretado por Mahershala Ali) promete un conflicto interesante, pero desafortunadamente se queda en la superficie. No hay grandes enfrentamientos entre ellos, como se esperaría en una historia de tensiones y alianzas. En su lugar, Jurassic World: Renace apuesta por dilemas más amplios, como cuando nuestra protagonista cuestiona si los medicamentos deben estar en manos de las grandes farmacéuticas o liberarse para el uso público. Esta parte del guion, aunque parece un tanto forzada en el contexto de dinosaurios, hay que decir que añade un matiz político que pudo ser más efectivo con mayor desarrollo.
A pesar del talento del reparto, las escenas centradas únicamente en los humanos tienden a caer en una estética y tono de serie B. Es paradójico, considerando el nivel actoral involucrado, que los momentos sin criaturas pierdan impacto. Scarlett Johansson brilla, sí, pero el guion no le ofrece el espacio suficiente para explotar todo su potencial dramático, y vaya que lo tiene.
Aun con estas limitaciones, Jurassic World: Renace cumple un gran objetivo para beneplácito de los cinéfilos: revitaliza una franquicia que muchos daban por agotada. Gareth Edwards devuelve la emoción del descubrimiento, la tensión del peligro real y el asombro ante lo desconocido. En este sentido, la película es la mejor entrega desde El mundo perdido de 1997 e incluso para algunos, la mejor realizada desde la original de Spielberg en 1993.
Si buscas efectos visuales convincentes, una banda sonora que retoma notas clásicas y que las actualiza, y una historia que, aunque imperfecta, sabe lo que quiere contar, entonces ve Renace. El filme no solo hace honor a su título: también a su legado. Ah, y también sale Scarlett Johansson.
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