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URBE. El estudio se�ala que en estos sitios el orgullo y la satisfacci�n resignifican las carencias materiales.� (Foto: Archivo NTR)
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En ausencia de políticas públicas efectivas de vivienda y ante un mercado inmobiliario excluyente, miles de familias construyen sentido, pertenencia y estabilidad en contextos marcados por la irregularidad jurídica y la falta de servicios básicos.
Así lo señala el estudio recientemente publicado Emociones y vivienda en asentamientos informales periféricos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en el que se aborda la relación entre exclusión urbana, condiciones estructurales de precariedad y las formas en que las personas resignifican emocionalmente su experiencia de habitar.
En el trabajo a cargo de Ana Karina Murillo Reyes se identifica que aunque carecen de servicios básicos, seguridad pública e incluso certeza jurídica sobre su propiedad, habitantes de asentamientos irregulares de Zapopan expresan un fuerte sentido de orgullo, arraigo y satisfacción por haber logrado construir un hogar propio.
La posibilidad de modificar el espacio, no depender de arrendadores y saberse dueños de algo propio les otorgan tranquilidad y sentido de pertenencia a pesar de estar en contextos de desigualdad urbana.
Según datos presentados en la investigación, se estima que en México existen entre 6.3 millones y 7.5 millones de lotes en situación irregular, muchos de ellos en la periferia de las ciudades, sin escrituras ni infraestructura básica. Además, entre el 33 y el 70 por ciento de las viviendas presenta incertidumbre jurídica.
En México, añade, aproximadamente 31.7 millones de personas trabajan en el sector informal y otras 16.5 millones en actividades agropecuarias familiares sin acceso a financiamiento formal ni a mecanismos de seguridad social. Ante esta exclusión, muchas familias recurren a la autoconstrucción y a la ocupación de predios irregulares como única vía para acceder a una vivienda propia.
Lejos de una visión que reduce la informalidad a la ilegalidad o la marginalidad, la investigación propone entenderla como una forma de agencia y resistencia. En estos asentamientos las emociones como el orgullo, la satisfacción y la felicidad resignifican las carencias materiales y refuerzan la idea de que tener una casa, aunque precaria, es también tener un lugar en el mundo.
El estudio concluye que es necesario repensar las políticas públicas en materia de vivienda, reconociendo no solo la necesidad de acceso formal, sino también el valor simbólico, emocional y social que implica construir un hogar desde abajo.
Con anomalías
Hasta 7.5 millones de lotes están en situación irregular en México, según la investigación Emociones y vivienda en asentamientos informales periféricos de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
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