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Foto: H�ctor Ruiz
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El sitio donde se creó el socavón en la colonia Bethel se encuentra en la subcuenca de Osorio, que se ubica casi al borde de la Barranca de Huentitán y es muy empinada y muy delgada, por lo que esto permite que haya una mayor concentración de agua y que la velocidad del escurrimiento pluvial sea mayor, si a esto se le suma que las salidas de drenaje son muy pequeñas en esa zona, tiene como resultado el acumulamiento de agua que provoca fugas a los lados y derivó en un socavón, así lo explicó el ambientalista Arturo Gleason Espíndola.
Por esto, manifestó que, antes de urbanizar, se debe comprender cómo funcionan las zonas y el propio flujo del agua. En este caso la cuenca de Osorio debió haber sido analizada y estudiada, no solo por el gobierno, sino por expertos, científicos, académicos, para evitar la modificación de la cuenca. No pueden poner edificios donde quieran porque siempre tendrá un efecto en los escurrimientos y si el colector de agua es viejo, no está preparado para recibir estos escurrimientos extra y suceden accidentes como el del socavón, que pudo haber derivado en tragedia.
Gleason Espíndola insistió en que esto es la coyuntura para empezar con un diagnóstico a fondo y así ver la manera de cómo quitarle volumen al agua que escurre desde la Central Nueva, aunque al parecer están haciendo solamente un remiendo con un tubo de metal y concreto, lo que podría provocar un problema mayor.
Explicó que hoy en día este tipo de accidentes pueden prevenirse con tecnología, existen hasta robots que se meten a los colectores y ven sus desgastes, niveles, y estudios históricos que se hacen con los escaneos, sin embargo, se nota que no existe voluntad política y el gobierno está encaminado más a la imagen que a la inversión en infraestructura.
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