¿Dónde está el amor?... En términos románticos, posiblemente dijéramos que en el corazón; científicamente, en el hipotálamo; en términos sexuales, podríamos imaginar otra respuesta, pero en términos económicos suele asociarse a la cartera. ¿Cuánto dinero tenemos o podemos tener, de dónde lo sacamos, y a qué y quién se lo dedicamos? Si pensamos esto a nivel nacional y, particularmente, a nivel del sector público, el amor está en la serie de documentos denominados poéticamente Paquete Económico y Presupuesto, que por ley debe presentar el gobierno mexicano (la Secretaría de Hacienda) al Congreso alrededor del 10 de septiembre de cada año. Se trata de los documentos económicos más importantes que presenta cada año el gobierno mexicano y básicamente incluyen:
1) Los Criterios Generales de Política Económica. Este documento presenta la visión oficial sobre la situación económica del mundo, especialmente de Estados Unidos, de México y de las finanzas gubernamentales. A partir de ello, el gobierno debe colocarse en el plan de adivinador y estima lo que considera será el crecimiento económico, la inflación, tasas de interés, precios del petróleo y del gas, las cuentas con el resto del mundo, etcétera, para el año siguiente (en este caso, para 2026) y los subsiguientes.
2) A partir de los Criterios, la Secretaría de Hacienda estima cuánto dinero podrá tener el sector público y de dónde saldría este dinero, en la Iniciativa de Ley de Ingresos. ¿Cuánto podría obtener por ISR, IVA, impuestos especiales, pago de derechos, como en los casos de Pemex, CFE, el IMSS o el ISSSTE? ¿Cuánto por aprovechamientos (como las multas), por la venta de productos (como el agua), con cuánto se podría endeudar o qué podría vender? Aquí es donde se estiman cambios en los impuestos (como por ejemplo sobre alimentos chatarra) o en cualquier tipo de cobro por parte del Estado.
3) Si con la iniciativa se estiman los ingresos, en otro documento se calculan los gastos del sector público, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación. En él se define a dónde iría cada peso. Es la base para la asignación de la mayor parte del dinero con el que cuenten todas las entidades federativas y los municipios del país. También se define aquí el monto para cada obra de infraestructura federal, para cada secretaría, para cada paraestatal. Desgraciadamente, una parte muy significativa del presupuesto debe irse cada año al pago del servicio de la deuda externa (intereses y pagos a capital), así como a una gigantesca deuda interna, entre la que resalta el déficit de la seguridad social (IMSS e ISSSTE).
El monto con que espera contar el Estado mexicano para 2026 será de 10.2 billones (millones de millones de pesos). Uno puede imaginar que es un mundo de dinero. Sin embargo, para el tamaño y problemática de México es curiosamente muy insuficiente.
Con respecto a la riqueza que produce anualmente el país, México es uno de los países con menor carga tributaria (peso del pago de impuestos) en el mundo. El problema no está en que aquellos asalariados paguen más, sino en el trato privilegiado que han recibido los grandes corporativos y las grandes fortunas megamillonarias.
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