En materia económica, México enfrenta grandes retos para impulsar el indispensable crecimiento para poder satisfacer las crecientes necesidades de dinero y flujos de capital.
Por ello, resultará crucial lo que acontezca la próxima semana, cuando se espera llegar a un acuerdo con el impredecible Donald Trump en materia arancelaria a productos mexicanos.
El encargado de estas difíciles negociaciones es el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien, muy optimista, estima que las pláticas en materia arancelaria llevan un avance de 90 por ciento y se logrará culminarlas durante la Cumbre de Líderes del Foro Económico Asia-Pacífico que se llevará a cabo en Corea del Sur el 31 de octubre y el primero de noviembre.
Actualmente, Washington impuso tarifas de importación por 25 por ciento a los productos llegados de México que no están contemplados por el TMEC, como represalia porque nuestro país no coopera lo suficiente en materia de combate al tráfico de fentanilo y freno a la migración.
El optimismo de Ebrard, que no borra de su mente el ser candidato a la Presidencia en el aún lejano 2030, no se limita a las negociaciones arancelarias, sino que abarca también la revisión en proceso del TMEC con Estados Unidos y Canadá. Confía en que no habrá cambios sustanciales en las negociaciones programadas para concluir el próximo primero de julio de 2026.
Bueno que quien encabeza las negociaciones mexicanas sea optimista y ofrezca buenos augurios para el país, pero lo cierto es que las condiciones son más que complicadas si se toma en cuenta la inestabilidad de las posiciones de Trump, quien actúa a capricho y con profundas presiones contra cualquier nación del mundo.
De estas negociaciones mucho dependerá el futuro del país. Ya veremos el resultado.
AHORROS
En materia internacional, las cosas también están muy complicadas y, aun cuando se vislumbra un posible arreglo comercial entre China y Estados Unidos, el distanciamiento entre Washington y Moscú amenaza la precaria estabilidad geopolítica.
De momento, el esperado encuentro entre Donald Trump y Vladímir Putin está cancelado y, por ende, la posibilidad de concluir con la guerra de Ucrania, mientras en el Medio Oriente la paz es más de palabra que de hecho.
Todo ello ha frenado la economía mundial, y México no puede escapar a esa situación.
El optimismo siempre es mejor que el pesimismo, pero la dura realidad golpea fuerte.
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