El reloj electoral comenz� su marcha

2025-10-27 06:00:00

La reciente propuesta de cambio del Partido Acción Nacional (PAN) plantea nuevos escenarios de participación de los partidos de oposición y, también, de redefinición de la hegemonía gobernante porque se trata de una coalición de tres partidos: Morena, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista de México. El nuevo discurso del PAN, aún incomprensible o por lo menos con alguna posible traducción en reales formas de trabajo, pone en el escenario la elección intermedia de 2027.

Sin que haya sido, o posiblemente sí, la intención de Acción Nacional, se ha generado una importante reflexión en torno a la pertinencia de las coaliciones electorales que no necesariamente se traducen en esquemas compactos de gobierno. Ejemplo de lo anterior lo vemos con la hegemonía gobernante en la que no se observan, ni mínimamente, esbozos de política que provengan del PV o del PT. Lo cierto es que, dentro de la estructura corporativizada en las Cámaras, la eficiencia de esa participación se ve en una cifra numérica, pero ninguna distinción de los planteamientos de estos partidos. Sin embargo, la cordialidad y la camaradería se transformaron, en la medida en que se puede plantear una reforma que afecte directamente el ‘statu quo’ de esos partidos.

En el territorio de las oposiciones, el discurso del PAN de terminar las alianzas constituye un reto importante para los demás partidos. Básicamente se trata del Partido Revolucionario Institucional y de Movimiento Ciudadano.

El desdibujamiento del PRI desde la elección de 2018 lo ha hecho oscilar entre la tercera y cuarta opción electoral. Desde hace siete años no ha logrado articular la estructura de un partido que constituya una opción para los votantes. La percepción histórica de las dimensiones negativas de ese partido tuvo su oportunidad de transformarse en el sexenio 2012-2018, sin embargo, más que el cambio esperado por los electores, la oferta exacerbó los negativos del pasado y el castigo se reitera en cada una de las elecciones en las que la sobrevivencia del partido es estrictamente política y de élite, pero en ningún momento del votante.

Movimiento Ciudadano, por su parte, ha logrado tener algunos importantes acercamientos con innovaciones propagandísticas que se han instalado, ante los votantes, como una desconocida opción. Sin embargo, el encasillamiento en dos estados del país, Nuevo León y Jalisco, no genera una clara visibilización de su oferta. En Nuevo León, hay signos de desgaste de la marca y empuje de otras opciones, en tanto que, en Jalisco, ciertamente bastión importante de ese movimiento, hay signos de divisiones internas profundas que no hacen ver una proyección contundente. De momento, el crecimiento del grupo Morena en Jalisco aún no enciende los focos de alerta, sin embargo, el desarrollo de líneas de trabajo y el apoyo nacional de la marca son factores que empoderan a este partido en ascenso en Jalisco.

El reloj ha comenzado a correr de forma clara y contundente rumbo las elecciones intermedias y, aparte de bailar con la Sonora Santanera en el Senado, hay trabajo profundo de todos que, por cierto, no se percibe.

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