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(Foto: Alfonso Hern�ndez)
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Caminan entre aguas pestilentes, podridas, apestosas, que transportan los desechos de la urbe. Son hurgadores del fango. Buscadores de aquello que pueda significar unos posibles pesos. Quizá encuentren anillos o aretes de oro; o bien algún objeto que un despistado arrojó al caño; tal vez un celular o una pieza servible. Lo que otros desprecien o pierdan puede ser alimento de quienes nada tienen. En el canal de inmundicias que fluye por avenida Patria y que cruza Federalismo, es posible hallar sorpresas. Ahí se mueven seres humanos que con valor, hambre, desesperación o atrevimiento se introducen en ese riesgoso
pantano, cual gambusinos entre lo pútrido.
HJ/I
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