La melancol�a y las sombras en los t�teres

2016-10-22 19:45:41

(Foto: Grisel Pajarito)

En la colonia Santa Tere se encuentra un taller que está poblado por todo tipo de seres que cobran vida a través de la mano del hombre. Este lugar que está lleno de personajes lúgubres y melancólicos es el espacio de creación de Cecilia Andalón, una artista tapatía que lleva más de cinco años haciendo títeres y obra pictórica.

En entrevista para NTR, Andalón compartió algunos detalles sobre su trayectoria, desde el momento en que cursaba la licenciatura en Artes Visuales para la Expresión Plástica en la Universidad de Guadalajara hasta su actual exposición Hasta los perros se estaban muriendo.

NTR. ¿En qué momento comenzaste a interesarte por los títeres?

Cecilia Andalón (CA). En el segundo semestre de la licenciatura tomé el taller de títeres, pero necesitábamos un títere para poder manipularlo porque se trataba de un curso para practicar los movimientos, entonces decidí hacerlo y fue cuando descubrí lo que más me gusta como si hubiera encontrado un tesoro. Dejé olvidado lo de la manipulación, pero sí me gustó hacer títeres. Me gustó esta dualidad entre la vida y la muerte porque los títeres tienen el potencial de vida hasta que el titiritero los mueve. Me gusta mucho crearlos, cuando voy caminando por la calle me fijo en las peculiaridades de las personas y después voy armando un tipo de Frankenstein de lo que veo.

NTR. ¿Qué hace diferentes a tus títeres de otros?

CA. Lo que los hace diferentes es que la mayoría de veces las personas que fabrican títeres son gente de teatro, entonces no tienen todos los recursos para elaborarlos en lo plástico, lo que les interesa más es que cumplan la función y no les importa la estética, en algunos casos. Como artista visual me interesa mucho cómo se ven y después el movimiento.

NTR. ¿Cuáles son las cualidades estéticas que buscas en tus títeres?

CA. La mayoría es algo lúgubre y tenebroso, se ven claras las influencias de los artistas que me gustan. También siento que tienen algo de melancolía que no es precisamente lo que quiero transmitir.

NTR. ¿Cuáles son esas influencias que mencionas?

CA. Me gusta mucho el trabajo de Jan Švankmajer y William Kentridge, este último tiene que ver con la gráfica y hace también esculturas que me agradan mucho. También me gusta Ilka Schönbein, una actriz que tiene un trabajo muy profesional respecto a sus títeres.

NTR. ¿Y por qué decides que tus títeres sean lúgubres y tenebrosos?

CA. Cuando iniciaba la carrera e iba acercándome cada vez más al arte, veía mucha obra expuesta de Carlos Larracilla, entonces me impactó mucho y pensé que por ahí podrían ir mis creaciones. Además, no me gusta lo cursi. Sí lo planeo y lo pienso, pero también tiene que ver con que mis gustos se ven ahí marcados de una manera natural.

NTR. ¿Cuáles son los materiales que utilizas para crear tus títeres?

CA. Uso plastilina epóxica, telas, resinas, pintura acrílica, óleo y hay otros elementos que he ido incorporando como dientes de vaca y pelo de animal, cosas medio grotescas. También utilizo cabello sintético y en uno usé ixtle. Algunas cosas que encuentro en la calle también las voy pegando de una forma más lúdica, voy jugando con los elementos, armando la composición y los significados.

NTR. ¿Cómo han evolucionado tus títeres?

CA. Antes la mayoría eran de plastilina epóxica, pero después de que me di cuenta que tiene plomo y es muy tóxica trate de buscar otras alternativas, ahora utilizo el papel maché que es muy noble. Aparte mis títeres han ido evolucionando hacia las necesidades más teatrales, he realizado títeres para obras de teatro y sí tienen que cumplir con una función específica respecto al movimiento. En un inicio tenían cierto movimiento que no era de todo el cuerpo, ahora ya han ido evolucionando para aguantar los ensayos que necesitan hacer los actores.

NTR. ¿Cuáles son los montajes en los que has colaborado últimamente?

CA. Todavía está uno en cartelera: La brigada roja, de la compañía El Tlakuache. También participé con una cabeza de un niño para la obra Disección, que dirige Karina Hurtado y estrena el próximo año. A inicios de este año estuve trabajando todos los títeres para la obra Las arañas cumplen años de la compañía Gato en la Luna.

NTR. También tienes obra pictórica. ¿Cómo conjugas tus cuadros con los títeres?

CA. Ahora tienen más relación, con los títeres era más lúdico y la pintura era muy aparte. Ahora estoy uniendo, es la pintura y el grabado, pero les pego cosas, hago collage y se va transformando y van teniendo cada vez un carácter más tridimensional, entonces se está empatando con los títeres.

NTR. ¿Hay algunos elementos que sean constantes a lo largo de tu obra pictórica?

CA. Me gusta lo figurativo y por lo general retrato a mis hermanas.

NTR. ¿Por qué te gusta retratar a tus hermanas?

CA. De alguna manera al retratar a personas tan cercanas es un autorretrato, es una forma de cómo ves al otro a partir de ti.

Fragmentos de libros, en exposición

Actualmente, Andalón muestra parte de su obra más reciente en la exposición Hasta los perros se estaban muriendo. Se trata de una serie de piezas de ensamblaje que hizo en los últimos dos años.

Esta exposición está conformada por 15 piezas que tienen en común recortes de dos libros y una serie de fotografías pequeñas. Los títulos que la artista utilizó para hacer esta obra bidimensional se llaman Crónica ilustrada: Revolución mexicana y el poemario Amor ambulancia de Patrice Desbiens. Las obras también fueron elaboradas a partir de objetos de reúso como un cristo de pasta de caña.

El nombre de la exposición proviene del título de una de las piezas. Es un retrato en el que hay un recorte que cita “hasta los perros se estaban muriendo”. La autora mencionó que eligió esa frase porque le pareció impactante y extraña.

Hasta los perros se estaban muriendo se exhibe en galería Ajolote (avenida Guadalupe 1688A) y permanecerá hasta el 7 de noviembre.

 

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