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(Foto: Cuartoscuro)
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Desde la madrugada del pasado jueves, y luego de varias explosiones significativas, el Volcán de Colima entró a un aparente periodo de calma.
“No hay mucho movimiento ahora, no pasa a mayores la cosa; desde el jueves empezó una aparente calma, ayer hubo una explosión que no fue muy significativa porque no arrojó proyectiles como la del jueves, y estamos a la espera”, afirmó el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil de Colima, Melchor Ursúa Quiroz.
Entrevistado mientras el Volcán de Fuego emitía una elevada columna de vapor, dijo que la misma no era tan fuerte como las de los últimos días, “pues de las cuatro o cinco de la semana anterior, casi en todas hubo proyectiles, pero desde el jueves ha tenido una actividad mucho más baja”.
Ursúa Quiroz admitió que, de acuerdo con el monitoreo, los científicos suponen que habrá una erupción, “no de magnitud de desastre, pero esperamos, ya que hemos captado que en cuatro o cinco ocasiones nos han pronosticado con mucho tino que a las tres o cuatro horas se viene la erupción, pero ha habido otras ocasiones que no”.
Recordó que en 2005 se registraron muchas explosiones más grandes que las de la semana anterior, pero que se mantiene el monitoreo para captar a tiempo los movimientos que registre la actividad volcánica.
“El riesgo está en El Playón, por el Nevado de Colima, estamos esperando una calma porque ahí está el riesgo para poder meter la máquina, y revisar las estaciones que se están tapando de ceniza y nos están dando problemas en la recepción de datos, según los científicos”, señaló.
Insistió en que el monitoreo es continuo, “por lo que si se viene algún movimiento interno del volcán lo detectan los sismógrafos, y si es de consideración según los científicos, nos avisan y nosotros lo hacemos a las poblaciones cercanas, con las que también tenemos comunicación constante y nos damos dos o tres vueltas diarias”.
Dijo también que, en caso de aumentar la actividad, cuentan con cuatro o cinco horas para desalojar las comunidades cercanas al volcán, especialmente La Becerrera, Santo Antonio, La Yerbabuena y El Jabalí.
“En esas mismas poblaciones nos informan de la cantidad de ceniza que cae, y tenemos la idea de que si esto sube de nivel podríamos tener vehículos ahí, no para evacuar luego luego, sino tenerlos y utilizarlos a la hora de una emergencia, con el apoyo del Ejército Mexicano”, subrayó.
DN
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