La diosa restaurada

Jamás hay que discutir con un superior, pues se corre el riesgo de tener razón

-Marco Aurelio Almazán

Los presidentes municipales parecen seguir la máxima que dice “por tus hechos serás juzgado”, pues se han lanzado a una frenética actividad que mantiene algunas zonas de la ZMG con los pavimentos y las banquetas levantadas; sin embargo, los resultados de este frenesí no muestran mayor fluidez en la movilidad, ni mejoras en la calidad de vida de la población, aunque sí afectaciones graves para quienes viven o transitan por esos lugares.

Olvidan que deben mostrar resultados tangibles en tan sólo tres años o menos si se pretende que éstos incidan en las preferencias de voto. Al paso que van, lo que los votantes recordarán de los últimos años será el cúmulo de molestias que debieron soportar por las obras simultáneas que realizan en sus municipios los alcaldes –Alfaro y Lemus principalmente–, que se ligaron en tiempo y espacio con la magna obra de la Línea 3 del Tren Ligero.

Mientras los bloqueos y desvíos de vialidades afectan la circulación y causan retrasos en las actividades de las personas, generando además un mayor índice de contaminación, por otro lado, lejos de las obras mencionadas, el desplazamiento vial es forzadamente lento debido a la presencia constante de baches en calles y avenidas, algunos de los cuales son auténticos socavones.

Al final, tras escasos tres años de gobierno –menos si piden licencia para buscar otra posición, como parece que será–, Lemus no entregará nada más que un cúmulo de quejas por la inmensa cantidad de permisos de construcción que ha otorgado, apoyado oscuros manejos del Tribunal Administrativo; en tanto que Alfaro podrá presumir como su gran logro solamente una diosa restaurada y, al paso que va, ni siquiera la majestuosa escultura de la diosa Minerva quedará lista.

Cambios

La renovación de dirigencias en los partidos está en puerta y al parecer ninguno las trae todas consigo. Las divisiones, unas añejas y otras más recientes, han alcanzado el nivel público y el jaloneo por el control de los partidos se espera intenso. Excepto el PRD, en donde no se ven fracturas, tanto PAN como PRI han mostrado signos de inconformidad y no se percibe entre los diferentes grupos ánimo de alcanzar a acuerdos. Por el contrario, las señales indican que podrían llegar, en algunos casos, a la ruptura y deserción de importantes cuadros si se violenta la democracia y se recurre al tradicional dedazo para elegir a los nuevos directivos partidistas.

En pugna

Entre las líneas azules hay varios grupos que buscan hacerse con el control del panismo jalisciense. Son los que se identifican con los tres ex gobernadores que surgieron desde el PAN hasta el gobierno del estado: Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez y Emilio González. Los militantes afines a cada uno pelean con uñas y dientes los espacios y mantendrán al panismo estatal dividido sin importar cuál de los grupos se quede con la dirigencia: es una lucha de matar o morir, pero nunca transigir. Aunque no se espera que los perdedores se vayan, sólo se quedarán de brazos cruzados en espera de recuperar lo perdido.

¿Desbandada?

En el caso de los tricolores el asunto se ve peor, ya que de concretarse una “elección de Estado” en el PRI, los aspirantes dejados de lado buscarían otras charcas para saciar su sed y emigrarán llevándose con ellos a sus seguidores. Por lo que puede verse ahora, serían importantes los cuadros que abandonarían el partido, que quedaría maltrecho y con un liderazgo sin la legitimidad que un proceso democrático, abierto y transparente, otorga a los vencedores.

@BenitoMArteaga

DN/I