La verdad de los olvidos

2017-03-10 08:53:49

Las transformaciones del sistema internacional son producto de un desaf�o a la historia; entendido como aquello que nos han contado y lo asumimos como una verdad totalizadora de los hechos. En esta l�gica las luchas sociales son la conjugaci�n de esfuerzos con miras a la visibilidad.

La conmemoraci�n del D�a Internacional de la Mujer (8 de marzo) nos ofrece la oportunidad de reflexionar y desafiar las estructuras del poder discriminatorio. En gran medida las din�micas sociales de una comunidad son determinadas por las normas que la rigen, si �stas son excluyentes desde su concepci�n y formulaci�n el subdesarrollo ser� siempre desigual.

Adem�s de combatir la disparidad en materia de derechos y garant�as, las luchas sociales buscan el reconocimiento pleno de la existencia pol�tica de la mujer, del ind�gena, del migrante y de todo sector de la poblaci�n que fue ignorado en el dise�o de las reglas que determinan la �funcionalidad� de una sociedad. En otras palabras, el 8 de marzo es un recordatorio al sistema internacional. Cuando damos las cosas por hecho y no actuamos para construir espacios incluyentes el futuro permanecer� anclado a la desigualdad perpetua.

Es urgente que la humanidad se reconcilie consigo misma. Las movilizaciones y las demandas populares son gritos de seres humanos que suplican que se les considere como tal. Simple en su concepci�n y complejo en su realizaci�n, el combate es un tema de recuperar la dignidad.

Pese a los esfuerzos inquebrantables de mujeres y hombres valientes que han alado la voz, la historia parece repetirse. Su repetici�n se debe a la incapacidad de la mayor�a por escucharla y sobre todo analizarla. La sociedad no s�lo padece de alzh�imer, sino que est� inmersa en un estado de indiferencia que encuentra en el se�alamiento, y no en la acci�n, un mecanismo reconfortante que nos despoja de nuestra realidad como ciudadanos.

Si aspiramos, como lo pretenden los objetivos de desarrollo sostenible (iniciativa impulsada por la Organizaci�n de las Naciones Unidas), a la construcci�n de un mejor planeta es inminente contemplar la construcci�n de nuestro futuro la participaci�n de todos los actores, d�gase mujeres, ni�os, ind�genas, migrantes etc.

El 8 de marzo nos permite recobrar la esperanza en la rebeli�n desarmada. Es inminente buscar la verdad de los olvidos, derribar muros, cuestionar lo construido y proponer soluciones que integren lo que ha permanecido ignorado por los autores de la narrativa hist�rica.

GT

 
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