Dem�cratas

2017-06-24 20:28:41

En un artículo reciente, el periodista Sergio Sarmiento decía que en México no hay demócratas puesto que en cada elección el perdedor siempre termina impugnando, y remataba su columna diciendo que pareciera que en este país sólo gana la democracia cuando pierde el PRI. No es la primera vez que he oído este argumento, pero en realidad se trata de una falacia conocida como hombre de paja, en la cual se ataca una postura que es débil pero que no forma parte de la argumentación del contrincante; en este caso, nadie cree que la condición indispensable para la democracia es que pierda el PRI. Por ejemplo, el año pasado, en 12 elecciones, el PRI ganó cinco gubernaturas que no se impugnaron.

El sr. Sarmiento se equivoca porque la postura, democrática ésa sí, de la mayoría, es que para las elecciones haya un piso parejo y que los institutos electorales sean garantes de un proceso que sea equitativo y que dé certeza. Nada de esto ocurrió en las elecciones del Estado de México ni en las de Coahuila, en las que fue muy evidente la participación de los órganos del Estado a favor de un partido: nunca antes se había visto ese desfile de secretarios de Estado promoviendo programas sociales, y regalando dádivas que no tienen que ver con la naturaleza de esos programas, o el despliegue de actos destinados a comprar el voto o intimidar opositores. Y a lo anterior se puede sumar la falta de certeza en el conteo rápido; en el caso de Coahuila fue descarado el manipuleo del Programa de Resultados Preliminares (PREP). No se trata de que haya ganado el PRI, sino la manera en la que se impuso, con la complacencia de las autoridades encargadas de realizar y vigilar la elección, tanto a nivel estatal como a nivel federal. No se trata de berrinches de malos perdedores (después de todo, las impugnaciones forman parte del marco legal), sino de una protesta legítima ante una elección totalmente desaseada. La democracia exige que uno denuncie lo que no funciona, en lugar de tímidamente aceptarlo como un hecho consumado.

Durante la misma semana que fue publicado el artículo del sr. Sarmiento, dentro del marco de la reunión de países de la Organización de Estados Americanos (OEA), los ex presidentes de varios países de la región denunciaron la situación de Venezuela, y convenientemente olvidaron criticar a México por esa misma falta de democracia. Aprovechando el micrófono y envalentonado por el tono de la conferencia, el ex presidente Vicente Fox arremetió contra sus villanos favoritos: Nicolás Maduro de Venezuela y Andrés Manuel López Obrador. En el caso del segundo, además de acusarlo de populista, dijo que: “De su cuenta corre que no gane las elecciones”; presionado por los periodistas sobre cómo lo haría, respondió “tengo mis mañas” y a una segunda pregunta de si eso no sería ilegal, sonrió y volvió a decir “tengo mis mañas”.

¿Ésa es la postura de alguien quien se dice demócrata? ¿Asumir que puede decidir quién gobernará o no sin importar las posibles preferencias de la mayoría de los electores? A lo mejor piensa actuar como en aquel 2006 en el que “intervino poquito” (según el decir del Tribunal Electoral) para afectar el resultado de la elección de ese año. Al parecer sigue vivo aquel concepto del fraude patriótico, muy en boga con los gobiernos priístas, que les daba patente de corso para alterar el resultado de las elecciones, pues querían evitar que alguien inadecuado llegara al poder.

Pero tanto Fox como Sarmiento se equivocan: habrá quienes defendamos la democracia desde nuestras trincheras.

[email protected]

FV/I

 
Derechos reservados ® ntrguadalajara.com