Necesitamos un s�mbolo de unidad

2017-10-10 22:34:17

En las últimas semanas se ha generado controversia porque algunos jugadores de la NFL se arrodillan durante el himno nacional de Estados Unidos al inicio de los partidos de futbol americano como símbolo de protesta contra la discriminación racial. Algunos dicen que estos gestos son irrespetuosos hacia la bandera y lo que ésta representa, y para muchos de ellos lo que representa es a los soldados y policías caídos en el cumplimiento del deber. Donald Trump avivó el debate declarando que los dueños de los equipos deberían despedir a los jugadores que adoptaran esa forma de protesta por ser antipatriótica.

Es decir, en Estados Unidos se le dio amplia cobertura nacional al debate sobre un símbolo, como lo es un himno o una bandera, porque unos se arrodillan para protestar que su país no trata en igualdad de derechos a su raza y otros consideran que esto es una falta de respeto hacia los que han muerto por su país.

Esto me recordó al libro de Sapiens (De animales a dioses), de Yuval Noah Harari, en el que el autor describe cómo el éxito de la especie humana para lograr coordinar a grandes grupos de personas estuvo en poder crear ficciones o símbolos que alinearan a toda una civilización hacia un mismo propósito.

Las banderas y los himnos son recordatorios audiovisuales de lo que representa una nación, de los valores y metas que compartimos todos los que somos parte de ella.

A veces estos valores se actualizan y renuevan… y a veces se fracturan, como se está viendo en Cataluña, en donde la bandera española y la estelada catalana se han convertido en símbolos para colectivos de personas que en una misma región tienen distintos propósitos, unos buscan unidad y otros, separación.

Pero me concentro en la necesidad de actualizar y renovar los símbolos que representan a una nación. Analicemos el caso de nuestro país.

México nace de la fusión de un pueblo conquistado dividido en múltiples culturas y un pueblo conquistador que consiguió unificar a todos sus reinos bajo una identidad católica en la reconquista de le península ibérica del dominio de los musulmanes.

El símbolo más potente de esta fusión fue la Virgen de Guadalupe, que sirvió de puente entre los valores cristianos y los valores de las culturas prehispánicas, y fue el símbolo que eligió Miguel Hidalgo para representar los valores del movimiento insurgente que buscaba independizar a México de España.

Al consumarse la independencia se adoptaron los colores de la bandera trigarante: blanco de la religión católica, verde de la independencia y rojo de la unidad de las distintas razas que conviven en México. Más adelante se añadió el águila sobre un nopal devorando una serpiente, el glifo náhuatl de la fundación de Tenochtitlán.

Como consecuencia de la secularización tras la Guerra de Reforma, Benito Juárez cambia el significado de la bandera: el blanco es unidad, el verde esperanza y el rojo la sangre de los héroes nacionales. Unos años antes Bocanegra compuso la letra del himno que refleja a mexicanos defendiéndose de un invasor externo, tras intentos de reconquista de España y guerras con Estados Unidos y Francia.

La Revolución actualizó el contenido de los símbolos con nuevos derechos para la población que quedaron plasmados en la Constitución de 1917, y el Partido Nacional Revolucionario adoptó los colores de la bandera para aglutinar en una misma institución a todos los caudillos de la Revolución y que pudiera formarse un gobierno estable.

El partido único tuvo el beneficio de la estabilidad en los años turbulentos de las guerras mundiales, pero también generó los vicios que surgen cuando un mismo grupo se mantiene en el poder: clientelismo, corrupción, impunidad.

Surgieron entonces nuevos símbolos: los distintos partidos como el PAN y el PRD que representaban ideas diferentes y prometían una renovación de las estructuras políticas.

Hoy, aunque la bandera de México nos sigue uniendo y en ella identificamos lo que nos hace mexicanos, como la solidaridad incondicional en los desastres naturales… los partidos han decepcionado en su labor de corregir los vicios y darnos un nuevo propósito como país.

La fragmentación del panorama político no es más que un reflejo de la desorientación de los mexicanos para seguir un símbolo con el que se sientan identificados. Necesitamos un nuevo propósito que nos una.

@ortegarance

JJ/I

 
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