Padecimientos Cerebrales Extra�os

2018-03-24 22:14:08

Nuestro cerebro forma parte de un sistema bastante complejo en sus estructuras y funciones, da órdenes a todas las partes del cuerpo sobre qué tienen qué hacer, independientemente de que seas consciente de ello o no; lo realiza todo el tiempo, inclusive mientras duermes. Esto hace que ante cualquier alteración o daño se presenten síntomas que parecen sacados de una película.

Imagina un día, levantarte, mirar a las personas a tu alrededor, mirarte al espejo y no poder identificar el rostro; esto es una condición que si existe y es llamada prosopagnosia.

La prosopagnosia consiste en una patología cerebral que afecta la forma en que los sujetos perciben la información visual y dificulta el reconocimiento de rostros familiares y en general del entorno cercano, es decir, los sujetos son incapaces de construir un rostro en su mente tras observar sus rasgos distintivos: boca, ojos, nariz y pelo, aunque quien la padece puede recordar quiénes son sus amigos, familiares y personas con las que se relaciona; puede recordar el cabello y los tonos de la piel, la voz y todo lo que en general se denomina “contexto” de la persona; sin embargo, no puede ver o comprender el rostro, aunque sí puede reconocer gestos y emociones.

Esta patología se incluye en las llamadas agnosias visuales, es decir, una incapacidad cerebral para reconocer o comprender estímulos visuales, y no es que los ojos de las personas que la padecen estén mal o que estén fingiendo los problemas, sino que más bien presentan algún daño o anomalía funcional cerca del lóbulo temporal u occipital, que son las partes del cerebro encargadas en transformar en un concepto la información enviada por la vista y los problemas pueden ser consecuencia de ataques cerebrales, trombosis, accidentes, traumatismos en la cabeza, demencia o ser una condición de nacimiento.

Dentro de relatos médicos encontramos muchos casos que nos hablan de esta condición, algunos plasmados en libros como es el caso de El hombre que confundió a su esposa con un sombrero de Oliver Sacks, que en 1985 nos narra cómo al terminar la consulta con uno de sus pacientes, este empezó a mirar a su alrededor buscando su sombrero, momentos después extendió la mano y tomo a su esposa por la cabeza intentando ponérsela. ¡Parecía haber confundido a su mujer con un sombrero!, su esposa se mantuvo tranquila y sonriente, ya que daba la impresión de estar acostumbrada a ese tipo de situaciones.

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