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El futuro incierto de Anaya

Ricardo Anaya festinó ayer, en entrevista con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula, que el Grupo Reforma publicó a ocho columnas que ganó el debate presidencial 3 a 1 a sus adversarios Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez, El Bronco.

Lo que no precisó el candidato de Por México al Frente es que esa fue la opinión de solamente 408 personas que fueron como invitados a sus tres sedes: Monterrey, donde acudieron 152; Ciudad de México, con 162, y Guadalajara con 94, lo que por supuesto no refleja el sentir generalizado ya no digamos de los ciudadanos en general, sino de los que hayan visto no el debate, sino la amplia entrevista entre tres periodistas y los cuatro candidatos aspirantes a la Presidencia de la República.

Si bien salió airoso de este tercer encuentro con sus adversarios y logró asestarle un serio golpe a Andrés Manuel López Obrador, cuando le evidenció que como jefe de Gobierno del Distrito Federal le otorgó por asignación directa obras por 170 millones de pesos (hoy se sabe que no fue ilegal) a José María Rioboó –quien le habría metido en la cabeza se opusiera a la construcción del aeropuerto, luego de perder en una licitación por obras en dicha terminal–, y lo retó a que lo aceptara o negara a cambio de su candidatura, Anaya Cortés tiene hoy un futuro incierto.

A raíz de la difusión del caso de la nave industrial, donde incurrió en contradicciones sobre a quién se la vendió y se cuestionó el movimiento que se hizo del dinero para su adquisición, la campaña del panista prácticamente se estancó hasta la fecha, incluso bajando dos o tres puntos. El golpe más reciente que nuevamente lo distrajo fue la difusión de un video en el que aparece Juan Barreiro, hermano de Manuel, con quien presuntamente hizo el negocio de la nave industrial, revelando detalles de las transacciones donde el candidato habría salido beneficiado.

¿Qué será de Ricardo Anaya si no gana la elección? ¿Qué futuro tiene dentro de la política y particularmente en Acción Nacional al que fracturó seriamente en su propósito por ser candidato presidencial? En caso de ser derrotado, en el camino se llevará únicamente a su escudero Damián Zepeda, dirigente nacional del partido, pues los demás colaboradores o quienes integran su primer círculo son prestados, comenzando por Santiago Creel, Jorge Castañeda y otros, ya sin mencionar a los dirigentes del PRD, Manuel Granados, y del partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quienes se sentarán a disfrutar de las ganancias en candidaturas que obtuvieron gracias a las ventajosas negociaciones que hicieron con Anaya a quien le urgía tener su apoyo.

Ante su caída, Anaya ha perdido de facto algunos apoyos que amarró en su alianza con MC en Jalisco, por ejemplo, donde un tuit de Alfaro felicitándolo por su participación en el tercer debate contrasta con el silencio que el candidato a la gubernatura ha guardado en su campaña sin hablar a favor de Anaya y mucho menos pedir el voto a su favor.

¿Cuál será el costo que pagará Ricardo Anaya, si no gana, por su actuación al interior del PAN, donde prácticamente obligó la renuncia de Margarita Zavala? ¿Qué cuentas le rendirá a sus correligionarios en Jalisco donde los humilló al obligarlos a aliarse con el alfarismo en las candidaturas a alcaldes y diputados locales, además de haberles entregado prácticamente todas las correspondientes a las diputaciones federales y al Senado?

A 13 días del fin de las campañas y a 17 del día de la elección, más allá de lo que digan las encuestas, no se observa posibilidad alguna que Anaya logre la victoria, pero en política todo puede suceder. Por eso pregunto: ¿logrará Anaya levantarse como el ave fénix de entre sus cenizas? Creo que no. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I