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Tres ideas del fútbol entre líneas

Socorrido. El futbol es un tema recurrente en ciertos autores latinoamericanos, en oposición con otro grupo de intelectuales que consideran como insulso al deporte. (Foto: Especial)

Para que no duela tanto que ayer en el partido decisivo contra Brasil, en donde la Selección Mexicana quedó eliminada del Mundial de Rusia 2018, hay que recordar que sobre todas las cosas, lo que importa es la belleza del juego y de ese amor que sentimos por los noventa minutos que cuentan. Para esto sirven los libros.

Para quienes quieran echarle sal a la herida, una de las más recientes novedades de Sexto Piso reúne varios textos en torno a la Selección Mexicana de fútbol, que se titula Breve historia del ya merito que conjunta textos de autores como Claudia Domingo, Luigi Amara, Antonio Ortuño, Guillermo Fadanelli, Juan Villoro, Daniela Tarazona y Juan Pablo Villalovos por mencionar sólo algunos, compilados por el editor y escritor Rodrigo Márquez Tizano y que contesta varias preguntas: ¿Para qué sirve el futbol? ¿Y en el futbol qué es lo importante? ¿Los goles? ¿Vencer o ser vencido? ¿Volverse, al menos cada cuatro años, parte de un todo?

 

La contraportada del libro señala que no es una apología del perdedor ni “una representación lógica de nuestras miserias”. Sino una forma de combatir con la belleza que aún permanece en el deporte durante los 90 minutos de cada combate para hacer resistencia ante la estadística. Donde lo sobrenatural y lo inesperado juegan un papel fundamental en la construcción de esa heroicidad lírica que en algún momento dejó de preguntarse quién ganó para comenzar a cuestionarse qué significa ganar.

En este tenor de rescatar la belleza, recientemente Adriana Bernal publicó un libro que le hace justicia a algo que no experimenta con la misma pasión que los escritores que alguna vez probaron el fútbol. Ella es, de hecho, la primera mujer latinoamericana en abordar el tema en una novela. La editorial Et-Al sacó el libro al mercado con un perfecto timing para explorar las formas distintas en que un escritor puede relacionarse con el juego.

Poeta que no entiende fútbol cuenta tres historias distintas con frases cortas, como pases, que dan vueltas sobre sí mismas constantemente y lo hace a su manera: con algo que podría ser al mismo tiempo una curiosidad por lo desconocido y una distancia tomada con gusto. Arnulfo Córdova, un estudiante que se aleja del balompié por la muerte de su abuelo, Bulmaro Sotres un quinielista destinado al fracaso y El Chilaquil Bolaños, un futbolista importante que literalmente se lastima la rodilla ante el torneo más importante de su vida, estas historias están relacionadas de alguna manera u otra entre ellas, con humor, como si se tratara de un ejercicio lúdico muy acercado a la poesía, la escritora, amante misma del fútbol, pretende que esta sea una saga que pueda retomar y crecer, por ejemplo, en la próxima Europa League. Demostrar que estos personajes están también llenos de sensibilidad y no solo de un talento que les ilumina.

Por otro lado y una lectura urgente en tiempos de fútbol es Cerrado por futbol, un libro póstumo de Eduardo Galeano, declarado amante de este deporte y que contagia de este amor hasta a los más escépticos. Que observa detenidamente y encuentra poesía en las jugadas más complicadas y que incluso podría considerarse por algunos como una historia no oficial del más bonito fútbol.

“Desde chico quise ser jugador de fútbol”, dice en uno de los textos el fallecido autor. “Y fui el mejor de los mejores, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo mío. Estaba visto: yo no tenía más remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir.”

Este libro reúne todos los textos que Galeano alguna vez escribió sobre fútbol, dispersos en su obra publicada y varios inéditos como la crónica en la que llama traidor al Che Guevara en persona por haber adquirido en Cuba la pasión por el béisbol y abandonar el fut.

Las plumas

“Iba a comenzar el Mundial de futbol, el segundo en el que seríamos locales, y en la escuela le íbamos a México, faltaba más, pero el amor patrio no nos daba para llegar al punto de la ceguera. Estábamos convencidos de que perderíamos, más pronto que tarde, y todos, en realidad, teníamos un segundo equipo en la manga, porque los aficionados al futbol aquí somos así de convenencieros. Intuimos que no vamos a ganar nunca pero tampoco queremos perder siempre (¿existirá otro país en todo el planeta en el que sea posible encontrarse tantos encendidos fanáticos de esos clubes de ligas lejanísimas? ¿Tantos que chillen como micos por lo que sucede en los estadios de Barcelona, Madrid, Múnich o Manchester?)…”

Se lee en una parte del relato de Ortuño en Breve historia del ya merito.

“Silencios. Palabras. Acciones. Pensamientos. Una cancha vacía. Un vestidor ordenado con el uniforme listo. A modo. Los vendajes y el masaje. Podría ser ésta la historia de la espera. Al silbatazo inicial. Al silbatazo final. El vuelco. A la vida. A un torneo. A una Copa. A un Mundial. Fantasmas en las gradas. Casualidad que se hizo historia. Luego memoria. Que se niega a ser olvido.”

El anterior es fragmento de Adriana Bernal, de su libro Poeta que no entiende fútbol.

JJ/I