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Tortas de la bicicleta, un emblema de Guadalajara


Un tradicional birote salado con carne de puerco en su interior, ahogado en una salsa hecha con jitomate y un poco de chile, porque es el que le da sabor: así es como describe don José González, fundador de las conocidas Tortas Don José: El de la Bicicleta, a una buena torta ahogada.

Este negocio se ubica en un pequeño local ubicado en el 19 de la calle Mexicaltzingo, cerca del Centro de la ciudad. Una vez que se entra al lugar, el resto de recuerdos colocados en las paredes hacen remontar a cualquiera la historia de su creación, y para no perder la tradición, una desgastada bicicleta forma parte del escenario, en la cual las tortas son preparadas por don José.

“Yo inicié en los años 60, pero en ese entonces trabajaba para El Güerito, allá en la Madero 13. Luego yo me abrí camino, yo decía: ‘pues si ya tengo clientes’, (entonces) yo las hacía y a ellos les gustaban, así que decidí vender solito. A mi dicen ‘el de la bicicleta’ porque andaba para allá y para acá, por ahí por la Calzada, donde me la pasaba la mayor parte del tiempo”, recordó el propietario del negocio.

Actualmente, el negocio tiene un sitio fijo, pero la mayoría de las personas de la zona recuerda verlo pasear en su bicicleta por las zonas más concurridas del Centro de la Perla Tapatía, donde clientes tenían que estar al pendiente de su ruta.

“Mucha gente que venía de los pueblos y que llegaba a la Central vieja de ahorita se bajaban y preguntaban por mí para echarse una tortita, pues decían que nunca me encontraban, ya la gente les avisaba o me llegaba el recado de que me buscaban y me movía. Mi rueda empezaba por ahí por donde ahorita es El Occidental, me venía por la banqueta hasta llegar al Agua Azul y de ahí me pasaba a Revolución; si de ahí yo todavía traía material, me regresaba otra vez, pues muchos de los clientes me decían que a la vuelta de regreso me compraban”.

Don José resaltó que el fiel cajón que aún lo acompaña sobre el asiento de su bicicleta y donde resguarda cada uno de los ingredientes para la preparación de las tortas ahogadas, se lo hicieron por la antigua zona de comercio; ahora nada más se encarga de darle su mantenimiento.

PEQUEÑO INCONVENIENTE

El fundador resaltó que entre sus vueltas de venta pasó por el local en el que hasta la fecha se encuentra, y le pidió al dueño que se lo rentara para ya tener un lugar para estar ubicado, y a pesar de que al propietario no le gustó mucho la idea, convenció a la persona al mostrarle lo bien que le iba con la venta.

“A mí la gente todavía me busca porque conservo la receta de siempre. Se podría decir que mi tía, quien era la mamá del Güerito, con el que trabajaba, me enseñó a preparar las tortas, pues ella era la que sazonaba todo. Por ejemplo, yo trabajo la cebolla al natural, la salsa también, el chile hecho con puro de Yahualica, todo con pocos condimentos, pues eso es lo que se acaba las cosas”, comentó. De hecho, la gran particularidad de las tortas de don José es que la salsa de jitomate con la que se bañan a los birotes está preparada en crudo.

José explicó que desde que se ubicó en el local, ya no sale a vender en su bicicleta; sin embargo, sí acostumbra a salir a comprar todos los ingredientes necesarios para las tortas en otra bicicleta que tiene en su casa: “Voy por la carne, los tacos y todo eso, por eso a veces llegó más tarde. En la mañana preparo todas las salsas y mi hija me ayuda a picar la cebolla, por ejemplo”.

Algunas listas enmarcadas en el negocio avalan que las tortas de don José son las número uno de Guadalajara; se exhiben en la pared del fondo, donde descansa la bicicleta, junto con una serie de fotografías en las que se puede ver a uno que otro artista posando muy contento con su torta.

“Aquí ha venido mucha gente famosa; el más reciente pues es el político (Eduardo) Almaguer, quien vino ahora que estaba en campaña. De los artistas ha venido el que hace al tigre de Santa Julia (Miguel Rodarte), Oswaldo Sánchez (…) Benjamín Galindo y uno que otro comediante, esos son algunos de los que han desfilado por este lugar”, recordó.

TODA UNA VIDA

Con el paso de los años, los hijos de José González se sumaron a la venta de tortas ahogadas, la mayoría con locales cercanos al de él y en donde muchas veces los visita para ayudarles.

“Este lugar representa para mí toda una vida, es el que me ha dado para vivir. Por ejemplo, un día mi señora me encontró en la calle y me dijo: ‘¿qué andas haciendo?’, y pues yo le contesté que trabajando, que con vender tortas la iba a mantener. Yo tengo 11 hijos y afortunadamente todos comimos de aquí. Yo le doy gracias a los clientes que todavía me siguen porque por ellos nos va bien y siempre estaré aquí para atenderlos con gusto”, finalizó.

“A mí la gente todavía me busca porque conservo la receta de siempre. Se podría decir que mi tía, quien era la mamá del Güerito, con el que trabajaba, me enseñó a preparar las tortas”
José González, fundador del negocio

Para acudir

El negocio de don José González se localiza en el 19 de la calle Mexicaltzingo, cerca del Centro de Guadalajara

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