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AMLO y sus mesas de ‘pedicure’

Uno de los más cercanos lopezobradoristas me definió de la siguiente manera las 32 coordinaciones que sustituirán en los estados a las actuales delegaciones federales: serán una “mesa de pedicure”… porque “cuidarán las uñas” para que los recursos federales no sean desviados a destinos para los que no fueron etiquetados.

Nuestra fuente nos dio unas pinceladas de lo que serán estas coordinaciones que hasta el momento nadie ha entendido cómo funcionarán ni saben qué atribuciones tendrán quienes estarán al frente de ellas y han sido calificados como virreyes al considerar que su actuación será como la de un gobernador alterno o paralelo.

De entrada, se respetará la estructura que actualmente tienen las delegaciones, concretamente los trabajadores de base, los sindicalizados, que finalmente son quienes soportan la carga de trabajo y lo sacan adelante. A donde llegará el recorte será a los altos niveles de estas delegaciones, al renglón de los trabajadores de confianza.

En esta nueva estructura y operatividad de lo que hoy son las delegaciones, el reparto de los recursos no será como hasta este año se lleva a cabo, sino que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha marcado prioridades que, contra lo que pudiera creerse, no tiene considerada obras públicas, aunque eso no quiere decir que serán hechas a un lado, ignoradas o pospuestas.

En su primer discurso luego de confirmarse su victoria, López Obrador anunció que a partir del 1 de diciembre –cuando asuma la Presidencia– los adultos mayores recibirán el doble (mil 160 pesos) de pensión que reciben actualmente (580 pesos), pensión que será universal para alcanzar también a los pensionados del ISSSTE y del IMSS, así como a los discapacitados.

De acuerdo al Consejo Nacional de Población (Conapo), este año habrá 9.1 millones de personas de 65 años y más, de las cuales 7 millones no recibirán jubilación o pensión alguna y son quienes recibirían el apoyo de este programa.

También aseguró que a partir de esta fecha entrarán en vigor las becas a jóvenes para garantizar su derecho al estudio y al trabajo, lo que representa entregar 2 mil 290 pesos mensuales a cada joven.

De acuerdo al organismo ya desaparecido Verificado 2018, para que el ya presidente electo cumpla con su compromiso de apoyo en estos programas, el gobierno federal tendrá que destinar sólo a este renglón un total de 240 mil millones de pesos que se repartirán a lo largo y ancho del país.

Bueno, pues serán estos recursos para los programas sociales antes mencionados los primeros que López Obrador hará llegar a los estados a través de sus coordinadores estatales, en este caso, Carlos Lomelí Bolaños en Jalisco, y que se encargarán de administrar, comprobar su buen manejo y verificar que cada peso llegue a quienes deben de ser los beneficiarios, adultos mayores y estudiantes, además de los programas destinados a apoyar a las mujeres.

Estos programas sociales, reiteran, son la prioridad a atender por AMLO en cada estado con los recursos que destina a ellos el gobierno federal. Ya después se atenderán los programas, por ejemplo, de obra pública o de nuevos proyectos, como podría ser la Línea 4 del Tren Ligero.

Y por lo que se sabe, el próximo presidente de la República no tiene la más mínima intención de modificar su modelo y estrategia de representación en los estados, no obstante el cuestionamiento de algunos mandatarios o su oposición, como fue el caso del gobernador electo Enrique Alfaro, a quien López Obrador le respondió que no tenía por qué quejarse si ahora sólo se entenderá con un solo coordinador en lugar de decenas de delegados.

Pero ya tradujeron, aunque de manera chusca, cuál será el papel que jueguen los coordinadores federales en cada entidad: el de “mesas de pedicure”.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I