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Coparmex: pierden el glamur

Qué lejos quedaron los tiempos cuando la voz del empresariado jalisciense era atendida por las autoridades en turno, tanto municipales, estatales y hasta federales. Su peso obligaba a que se le volteara a ver, que se le atendiera de inmediato y rara vez era solamente escuchada y luego ignorada. No, en aquellos años se le escuchaba y atendía.

¡Qué tiempos aquellos, señor don Simón…!”, reza un dicho popular y da título a una de las viejas películas de la Época de Oro del cine mexicano, si no me equivoco.

A diferencia de aquellos tiempos en los que a los empresarios les bastaba una rueda de prensa o un discurso en sus eventos para, además, ganarse las primeras planas de la prensa y los espacios principales en los medios de comunicación electrónicos, hoy pasaron a ser un grupo más de presión y dejaron de ser considerados como un poder fáctico.

Y viene a cuento porque más allá de las razones que los motivaron a hacerlo, el empresariado jalisciense de la Coparmex tuvo que salir a la calle como cualquier otro grupo social que busca hacerse notar y escuchar para exigir la designación de un fiscal general independiente del Presidente de la República.

Hasta parece que a ese recurso tendrán que recurrir en los nuevos tiempos de la era lopezobradorista para ser tomados en cuenta: salir a las calles con lonas y pancartas, como sucedió anteayer en la Plaza de la República -avenidas México y Chapultepec– hasta donde convocaron a los medios de comunicación.

Ahí, donde también ha sido el lugar preferido del ahora gobernador electo, Enrique Alfaro Ramírez, para realizar sus principales actos políticos –¿mera coincidencia?–, se dieron cita los directivos del sindicato patronal encabezados por su presidente, Mauro Garza Marín, para dar a conocer el lanzamiento de la iniciativa de reforma al artículo 102 de la Constitución federal con el que pretenden que el próximo fiscal general del país sea independiente y no se sujete a la voluntad del próximo presidente de la República.

Los empresarios, en un plan de activistas, se dedicarán a recabar por todo el país 117 mil firmas –de las cuales los de Jalisco esperan aportar 10 mil–, que representan 0.13 por ciento de la lista nominal del Instituto Nacional Electoral, para que su iniciativa sea aceptada en las cámaras de Diputados y de Senadores.

En su momento el sector privado del país promovía también –y lograba incrustar– la postulación –casi siempre por la vía plurinominal– de candidatos a legisladores de su sector a fin de tener representación en el Congreso de la Unión, ya fuera por cualquiera de los dos grandes partidos de entonces, el Revolucionario Institucional o el de Acción Nacional. Hoy, poco atractivos son para esos y otros partidos políticos, y si contienden lo hacen por la vía de mayoría relativa; o sea, son enviados a realizar campaña.

Sin duda es loable, aplaudible y atinado lo que proponen, piden o exigen los empresarios del país, pero que lo hagan saliendo a las calles como cualquier otro grupo activista de la sociedad es lo que llama la atención y pone en evidencia que están conscientes de que hablar en una rueda de prensa o pronunciar un discurso frente a las autoridades ya no es efectivo como lo era antes para ser tomados en cuenta.

Recurrir a este camino significa también que o ya no consideran a ninguno de los partidos políticos en el Congreso de la Unión como sus interlocutores o se dan por enterados de que ante ningún partido tienen ya el peso que como sector tenían en tiempos idos. ¿O acaso ya no consideran a los legisladores de sus respectivas entidades como los conductos para hacerse escuchar y ser tomados en cuenta?

Cierto, hoy la política se hace de manera diferente, pero hay momentos en los que no hay que perder el glamur, y los empresarios comienzan a perderlo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I