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Les hacen el feo

(Foto: Imago7))

Al iniciar el partido entre Atlas y Cruz Azul, los rojinegros ya sabían que estaban solos en el frío del sótano general. Lobos BUAP había ganado a León, y a los Zorros ya no les quedaba más opción de intentar la hazaña de vencer al líder general Cruz Azul en el Estadio Azteca.

Pero si en nueve jornadas el cuadro tapatío no había sido capaz de sobreponerse a otras situaciones adversas, era complicado pensar que ante la Máquina pudiera romper la maldita racha que lo persigue de no poder ganar en el Torneo de Apertura 2018 y de marcar más de un gol.

Quizá el hecho de que Necaxa acabó con el invicto que mantenía Cruz Azul le hizo ilusionarse con que el milagro era posible para los rojinegros. Pero tal sueño no se cumplió, y la Máquina solo confirmó que lo de la semana pasada fue un tropiezo que tenía sufrir, y al Atlas le restregó en su rostro la profunda crisis en la que se encuentra y que el problema no era el despedir al director deportivo Fabricio Bassa ni al técnico Gerardo Espinoza, ni la presencia de Rafael Márquez como directivo, ni Ángel Guillermo Hoyos es el mago que podrá rescatar a los rojinegros.

Si Atlas se presentaba como el peor equipo del torneo y quería sobrevivir estaba obligado a realizar un juego perfecto. Sin embargo, desde el inicio los Zorros poco pudo hacer ya que cuando tenía el balón cedía a la presión ejercida por los celestes, retrasaba y Torres despejaba para perder el esférico en el medio campo.

Así, Cruz Azul al darse cuenta que su rival no ofrecía más peligro aprovechó un error grave del lateral derecho, el novato Ian Torres, quien despejó mal y entregó a los pies de Adrián Aldrete, quien agradeció la asistencia involuntaria y disparó potente desde fuera del área para romper las redes y escribir el 1-0 al 17´.

La Máquina se confió, se replegó y cedió la iniciativa para un Atlas que con más ímpetu que orden generó opciones, pero cuando tuvo las oportunidades dejó en claro por qué es la peor ofensiva al desperdiciar alternativas que en ocasiones terminaban en la tribuna o en las manos de Jesús Corona.

Para la segunda parte los rojinegros no cambiaron su tónica de juego, y de nuevo cometió una falla defensiva grosera cuando Omar González pudo despejar fuerte y se aferró a salir tocando pero Madueña le ganó el balón y tocó de tacón para Caraglio, quien no perdonó y firmó la sentencia definitiva de 2-0 que significó el epitafio del Atlas.

Pese al marcador adverso, Hoyos envió ajustes ofensivos con Duque, Aboagye, y Álvarez, pero poco pudieron hacer para inquietar al portero Corona.

fv