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PRI: el éxodo que viene

En redes sociales se ventiló que ni Ramiro Hernández García ni Mariana Fernández Ramírez acudieron al foro de consulta en Lagos de Moreno sobre por qué perdió el PRI en julio, y en su lugar se envió a Rafael Trejo Mora, secretario de Organización de los Jóvenes del PRI, aquél que le preguntó en una reunión a Fernández Ramírez por qué había sido candidata a diputada por las dos vías (de mayoría y plurinominal) y seguía siendo secretaria general del comité estatal.

Por supuesto que generó extrañeza la ausencia de quienes para no pocos priístas deberían de encabezar estos encuentros entre dirigencia y militancia, máxime cuando el referido municipio –una de las principales ciudades medias del estado– es cabecera del distrito 2 y uno de los territorios estratégicos del PRI.

Hasta el momento, los aludidos dirigentes priístas no han declarado nada al respecto, pero quizás ni falta hace, porque estos famosos foros han pasado de noche y nadie se ha enterado de ellos o quizás no les han interesado a la militancia que simplemente ha ignorado la convocatoria.

La verdad es que desde su concepción, organización y ejecución –aún no concluyen, claro– estos foros auguraban un rotundo fracaso y desde entonces se interpretaron como un mero ejercicio de simulación, de gatopardismo, en los que contra lo aprobado en la Comisión Permanente se aplica un cuestionario que, a decir de algunos militantes, no tienen como objetivo lograr un verdadero trabajo de autocrítica; es simplemente un serial de interrogantes que sirven de desahogo.

Quizás por eso es que independientemente del resultado que arrojen estos foros de consulta se asegura que ya se cocina al interior del Partido Revolucionario Institucional un éxodo de militantes cansados de los errores en que ha incurrido la actual dirigencia a partir de que tomó las riendas del partido, que se replicaron durante la jornada electoral y que continúan después de la desastrosa derrota que, dicen, al parecer no entendieron la lección.

Se asegura que la renuncia de no pocos militantes de diversas regiones del estado es cuestión de tiempo –más pronto que tarde– y que en su momento se conocerán las razones puntuales de su salida del PRI, cansados de largos años de lucha y de trabajo sin encontrar eco en sus dirigentes.

Para frenar especulaciones previas, aseguran que estos aún hoy militantes priístas no tienen definido el camino a seguir después de abandonar las filas de su partido, pues hay desde quienes consideran la posibilidad de enrolarse en las filas de los partidos Movimiento Ciudadano o Morena hasta quienes continuarán con su trabajo político fuera de cualquier partido, de manera independiente, han dicho.

Y frente a este escenario, al parecer la dirigencia del PRI está colocada en aquella posición del “las puertas del partido están abiertas para quien quiera irse o quiera llegar” o aquella del “aquí no tenemos a nadie a la fuerza”. O hasta la de “se van los que no vieron satisfechos sus intereses personales o de grupo en el PRI”. Pero a decir de quienes cocinan esa decisión, cuando se conozcan nombres y apellidos de quienes se irán, se darán cuenta de que varios de ellos sí ocuparon cargos de elección popular y dentro de la administración pública y que su interés no es simplemente estar en una nómina.

Hasta el momento, la dirigencia priísta no ha enviado señal alguna de que le preocupe la renuncia de militantes, sino por el contrario, parece que alienta a que se vayan aquéllos que no coinciden con cómo está llevando a cabo el trabajo de restauración interna después de la derrota electoral. Como si les fueran incómodos o les estorbaran para administrar la derrota.

Así, pues, que nadie se diga extrañado por lo que pueda venir más adelante dentro del PRI. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I