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PAN: la lucha por el poder

Al parecer mejor fecha no pudo elegir el PAN para el arranque de campaña de sus candidatos a la presidencia estatal: el 12 de octubre, día de la Romería de la Virgen de Zapopan, a la que seguramente se encomendarán los aspirantes de entre quienes saldrá el elegido o elegida el 11 de noviembre.

Si no hay cambios de última hora, al momento de escribir estas líneas cuatro eran los contendientes, en estricto orden alfabético: Carlos Arias Madrid, César Madrigal Díaz, Pilar Pérez Chavira y Francisco Ramírez Acuña –quien de última hora ha anunciado que no participará–. En la imaginaria, dicen los cronistas deportivos, un primer objetivo caracteriza a los tres caballeros candidatos: desplazar del poder a quienes lo han detentado durante varios años al interior del PAN, el grupo que encabeza el ex dirigente Eduardo Rosales y las corrientes que encabezan, entre otros, los Monraz y los Cortés, todos ellos conocidos como “los del estatal”.

Y estos últimos decidieron lanzar como su carta para mantener el control del partido a quien fungió como secretaria general durante algunas dirigencias, la diputada Pérez Chavira, a quien se le considera la apuesta fuerte de Rosales Castellanos y que salió a la palestra en la contienda cuando el ex gobernador Ramírez Acuña anunció que participaría como candidato a la dirigencia estatal. Coincidencia o no, pero los tiempos de ambas decisiones se empataron.

Sin duda que la candidata a vencer es Pilar Pérez Chavira, como carta de quienes hoy por hoy cuentan con el control de la estructura del partido no sólo en el comité estatal, sino en no pocos comités municipales, amén de que impulsan la candidatura del anayista Marko Cortés para la dirigencia nacional, lo que les da un punto más a su favor. Sin embargo, el adversario que al parecer les modificó la estrategia es Ramírez Acuña, quien recogía el apoyo y la simpatía de quienes decepcionados, frustrados o enojados por el camino que había tomado su partido se hicieron a un lado y/o dejaron de participar. Cuéntese ahí, por supuesto, a los tradicionalistas o doctrinarios. Ahora sabemos que dicho apoyo no le alcanzó.

Si bien al interior del grupo que impulsa a Carlos Arias se asegura que en el PAN no hay inmaculados, hay militantes a los que les genera inquietud e incertidumbre el hecho de que detrás de él estén los chemistas –cuya cabeza hoy es lopezobradorista– y los emilistas –que mantienen su alianza desde 2012 con los alfaristas–. En corto, aseguran que no les dan confianza.

Y así es como dentro y fuera del PAN se observa su contienda por la dirigencia estatal: la continuidad de “los del estatal” –los pragmáticos, en ocasiones al extremo– con Pérez Chavira; el frustrado regreso de los doctrinarios o tradicionalistas –con poca presencia en foros públicos o mediáticos, pero no por ello inexistentes– con Ramírez Acuña; la incertidumbre –por la composición de quienes lo apoyan, pero firmes en que quieren un cambio– con Arias Madrid, y las pocas esperanzas –por la falta de apoyos de otros grupos– con Madrigal Díaz.

Por otro lado, hay un factor que no se puede perder de vista: la elección de la dirigencia nacional. Este proceso influirá en la elección del dirigente estatal. Está claro el paralelismo Marko Cortes-Pilar Pérez. La pregunta es si los simpatizantes de Gómez Morín se sumarán a la causa del chemista Arias Madrid por llevar como compañera de fórmula a otra chemista, Mirelle Montes.

El que la elección de los dirigentes nacional y estatal del PAN se lleve a cabo el mismo día podría determinar quién será el sucesor de Miguel Ángel Martínez Espinoza en Jalisco, por lo que mucho tendrá que ver el discurso que los contendientes ofrezcan en campaña a los poco más de 20 mil militantes que conforman el padrón panista.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I