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Universidades, violentas como las calles

(Foto: Archivo)

En las universidades se vive la misma que en las calles. Acoso, hostigamiento, tocamientos sin consentimiento y ataques de índole sexual son recurrentes no solo contra alumnas sino también contra académicas, empleadas administrativas y visitantes de los campus.

La investigadora y académica en la Universidad Libre de Colombia, Luz Ángela Gómez Jutinico, quien hace 12 años fue víctima de violencia y actualmente es activista por los derechos de las mujeres refirió que el principal reto es desnaturalizar las violaciones a los derechos humanos.

Hay universidades que al amparo de la autonomía se resisten a emprender acciones que garanticen el respeto y espacios libres de violencia de género, anotó; a la sociedad le corresponde presionar para darle un giro a la situación y a los legisladores hacer reformas en la materia.

En el panel para visibilizar la violencia de género como un problema que trasciende fronteras, sexo y condición social, la especialista recordó que en los años setenta las mexicanas impulsaron la primera Convención sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, misma que dio paso para que en 1975 surgiera la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) que actualmente es referente en el tema con el impulso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por lo anterior instó a que, como hace unos años, las tapatías y mexicanas hagan frente a la violencia de género. En los centros de trabajo, escuelas, calles, el hogar, el entorno social; en los espacios públicos y privados el estado es corresponsable de la integridad de la población, reiteró sobre las resistencia de algunos sectores a poner alto a la problemática alegando incompetencias, límites o restricciones.

Por su parte, el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro Castro, dijo que erradicar la violencia de género es un tema prioritario en la agenda pública.

Recordó que la ONU reconoció en 2008 que la violencia contra las mujeres es una de las violaciones de los derechos humanos más graves y tolerados por la sociedad, el acoso en la calle y la violencia sexual en el transporte público, en las escuelas, universidades y lugares de trabajo, en parques, en baños públicos y en puntos de distribución de agua y alimentos, en los mercados, hospitales, incluso en los mismas hogares.

Con Senderos Seguros en los alrededores de los centros universitarios, canales de concientización con perspectiva de género, el fomento a la cultura de la denuncia y el compromiso a adherirse a la red de Ciudades Seguras de la ONU se pretende atender la problemática, comentó.

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