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Cuando las palabras no alcanzan

José Israel Carranza (Foto: Especial)

En Tromso, su más reciente novela, el escritor tapatío José Israel Carranza aborda un reto en apariencia imposible: comunicar a través del lenguaje la falta de lenguaje. Esa desesperación. Editada este año por Malpaso, la novela tiene un personaje oscuro y complejo que descubre, un día, que no se entiende nada de lo que dice.

En entrevista el autor, que no quiere que se le llame ni novelista ni ensayista, contó un poco sobre las pericias necesarias en la escritura para hablar de algo que el mismo personaje no puede articular.

NTR. ¿Cómo nacieron las primeras ideas del libro?

José Israel Carranza (JIC). Estaba trabajando en un libro de ensayos acerca de la identidad, pero apareció repentinamente delante de mí este hombre que protagoniza la novela, vi que le estaban sucediendo cosas a las que tenía que ponerles atención de manera que no me quedó más remedio que continuar con la historia que estaba desarrollándose. No contemplé nunca la posibilidad de ser novelista y de pronto me encontré en estas dificultades insospechables, a lo largo de tres años me quedé explorando a este personaje y adentrándome en la circunstancia tan extraña en la que vive, finalmente terminé con la novela, la estuve revisando neuróticamente por cinco años hasta que por suerte me invitaron a publicarla en Malpaso y me sentí aliviado de deshacerme de esta compañía tan extraña.

NTR. ¿Cómo se relaciona tu escritura de ensayos y la de ficción?

JIC. Es algo que me parece atribuible a la propia escritura, aquí escribí con procedimientos afines a la escritura ensayística, hay una historia que se cuenta, pero también hay una voluntad de saber qué significa todo eso, una voluntad de interrogarse continuamente, por eso la escritura adquiere esta naturaleza de digresión, aparente desvarío, porque está empecinada en dar con las explicaciones, este ensayo, como en general todos los que yo escribo, consistía en una serie de preguntas cuyas respuestas proponen otras preguntas y eso se convirtió en suelo sobre el que transcurría la historia de este personaje.

NTR. Y este personaje, ¿qué tanto tiene que ver contigo?

JIC. Me da miedo averiguar qué tanto tiene de mí o qué tanto tengo de él. Las palabras que él usa para comunicarse todos los días dejan de funcionar a pesar de que no tiene ningún problema de voz o de dicción, usa las palabras que todos usamos, pero en su caso éstas se vacían de sentido y lo arrinconan en una soledad creciente, en un silencio que va ocupando todos los ámbitos de su vida, está empecinado en descubrir las causas de lo que le sucede hasta parece que se da por vencido y se acomoda a esta circunstancia, pero por otro lado tiene hábitos bastante extraños, escucha todas las noches una estación de onda corta que transmite desde un lugar cercano de Moscú y recoge todas las cartas que le llegan a un apartado postal de una oficina de correos y no sabemos por qué lo hace. Quizá lo sepa él, pero no podemos entenderlo y eso lo va llevando a hacer cosas inexplicables.

NTR. ¿Cómo fue adentrarse en la novela como género?

JIC. Se llama novela porque es a lo que más se parece, pero esa etiqueta es problemática, las fronteras entre los géneros empezaron a desvanecerse hace mucho, las novelas de nuestro tiempo tienen una porción considerable de voluntad ensayística, el ensayo es un género en el que la ficción entra con naturalidad, creo que a los editores, libreros y bibliotecarios les conviene saber lo que son para acomodarlos, pero a los lectores y a los escritores son distinciones obsoletas.

NTR. Y trata del lenguaje, ¿cómo reflexionaste al respecto?

JIC. Que sea una búsqueda, una exploración y que lo mejor que pueda pasar sea lo inesperado. La escritura es la que va revelándolo, yo no hago sino tomar el dictado de las palabras que se atraviesan y me voy enterando de qué diablos estoy haciendo hasta que estoy haciéndolo. La reflexión de la novela acerca del lenguaje propone una lectura sobre la misma novela: es una puesta a prueba de la eficacia de las palabras, hay una historia muy extraña que está contándose con palabras pero probablemente las palabras no alcancen para explicar todo lo que sucede.

Tromso se presentó ayer en el marco de la FIL y se encuentra a la venta en el stand de Malpaso, ubicado en la J4 dentro del área nacional.

da/i