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194 años del padre Rositas

El doctor De la Rosa, dotado de talento clarísimo y de vasta y amplia cultura, pronto adquirió el calificativo de sabio, cualidad que aun sus enemigos se vieron obligados a reconocerle. Consagrado al estudio con el espíritu de un benedictino, penetró en los arcanos de la filosofía, teología y matemáticas

Aurea Zafra Oropeza MMB, Agustín Rivera y Agustín de la Rosa ante la filosofía novohispana, Sociedad Jalisciense de Filosofía-Gráfica Nueva, Guadalajara (1994), p. 52  

 

Tuvo que ser un culto gobernador –Agustín Yáñez Delgadillo– quien propiciara el que los jaliscienses y visitantes de Guadalajara tuvieran un muy digno elemento para recordar al perínclito sacerdote diocesano y doctor en Sagrada Teología por la Nacional Universidad de Guadalajara (1850) Agustín de la Rosa y Serrano (30 de diciembre 1824-1907) con una de las primeras estatuas que ocuparon la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, ello a pesar de que aún en nuestros días el “sabio y benefactor”, para citar las palabras en su bronce, no ha sido declarado Benemérito de Jalisco, y sus restos todavía descansan en el panteón de San Miguel de Belén.

La recordada misionera mercedaria de Bérriz (MMB) y maestra en historia de América Latina (University of New Mexico) Aurea Zafra Oropeza en su acuciosa obra sobre una de las facetas de quien la comunidad nombraba padre Rositas, rescata la anécdota sobre el niño quien antes de asistir a sus clases entraba a la iglesia del convento de Santa Mónica y pedía ante la imagen del santo cuyo nombre compartía: “Un jarrito de sabiduría”. A la vista de su obra bien pudiéramos aventurar que el Doctor Seráfico de Hipona le concedió una olla rebosante de sapiencia, pues además de las obras de naturaleza filosófico-teológica también dejó una abundante obra en educación y ciencias, de éstas últimas podemos mencionar sus Lecciones de Astronomía (1853, 1859, 1893), Adiciones a las Lecciones de Astronomía (1882), Tratado de la Luz (1859) y los ahora sesquicentenarios Elementos de Trigonometría Plana y Esférica con Aplicaciones a la Astronomía (1868); además podemos considerarle iniciador en Jalisco (y probablemente en México) del periodismo científico con su serie que discute matemática y astronómicamente La cuestión de Galileo.    

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