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¡Fuera la depresión de nuestras vidas!

El día de hoy seguimos emprendiendo la lucha en contra de la depresión; está es una enfermedad mental grave y común que afecta física y mentalmente, cambiando la forma de sentir, pensar y actuar en aquellos que la padecen.

La depresión se caracteriza por mantenernos irritables constantemente; por tener deseos de llorar sin motivo aparente; por tener un cansancio crónico, incluso sin realizar actividades que justifiquen nuestra falta de energía; insomnio o somnolencia, que generaran que dejemos de realizar nuestras actividades cotidianas con entusiasmo y satisfacción; cambios en el apetito o variaciones en el peso corporal; dificultad para concentrarse o problemas de memoria; ideas de culpa e inutilidad; excesivas críticas hacia sí mism@s; deseos de muerte; realizar actos riesgosos o suicidas y pérdida del deseo sexual.

Se calcula que en el mundo hay más de 300 millones de personas que sufren de depresión y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2020 podría ser la segunda causa de discapacidad a nivel mundial.

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos, por lo cual el tratamiento implica atención de un psicólogo y en ocasiones la del psiquiatra; así como también es muy importante participar en actividades recreativas, laborales, escolares,  espirituales y altruistas satisfactorias que permitan que la persona retome su sentido de vida, su  sentido de utilidad y capacidad.

Quienes han pasado por circunstancias adversas como la muerte de un familiar o un amigo cercano; un divorcio o separación o ruptura amorosa; por problemas legales; por actos delictivos; jubilación; desempleo; ambiente de violencia intrafamiliar; dificultades económicas; dificultades para mantener relaciones afectivas significativas; cambio de creencias y/o por situaciones de fracaso o decepción, pueden desarrollar depresión.

Entre algunas recomendaciones útiles para atender este padecimiento están el aprender a identificar señales de qué nuestro rendimiento físico, cognitivo y emocional no están funcionando adecuadamente y ante una tristeza constante, habrá que acudir a un profesional de la salud mental; evitar el aislamiento, acercándose a la familia y amigos; llevar una dieta sana y equilibrada; buscar momentos de reflexión y desconexión; acudir a psicotalleres, cursos y clubs; dormir al menos 8 horas; caminar en un día  asoleado y al aire libre (siempre con precaución y con la protección solar adecuada para tu piel), para así  combatir la tristeza y despejar la mente de pensamientos negativos recurrentes; escuchar tú música motivante favorita y plantearse metas cortas diariamente.

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da/i