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Improvisación

Nadie podría pensar que es deseable que el gobierno siga tolerando a los criminales que viven de robar la gasolina. Incluso hoy, es sospechoso que este delito en lugar de ser atacado de manera frontal en el pasado gobierno se haya permitido que creciera exponencialmente.

Sin embargo, aunque todos aplaudimos la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador de ponerle un alto al saqueo, poco a poco va quedando al descubierto la falta de estrategia por parte del gobierno.

El primer golpe lo dio el presidente cuando ordenó cerrar todos los ductos que abastecían los centros de distribución regional de combustibles. Hablar de parar el robo de entre 800 y mil pipas de gasolina era suficiente para justificar la medida.

El problema es que se cerraron los ductos cuando ni siquiera verificaron que hubiera abastecimiento suficiente en las diferentes zonas del país, sumado al incremento estacional en la demanda por las vacaciones, se convirtió en desabasto en toda la zona centro–occidente de México.

Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Estado de México y la Ciudad de México padecieron una de sus peores semanas que se recuerde por un problema de combustibles. Diariamente en el país se consumen 800 mil barriles de gasolina y 50 por ciento de ese consumo ocurre en estos estados.

La parálisis y la desinformación se apoderaron del equipo de Andrés Manuel, que exhibieron su novatez, ignorancia e improvisación: se prometió que el suministro se normalizaría llevando la gasolina con pipas. ¿Pipas para mover 400 mil barriles por día? Simplemente no existen tantas.

Las mafias del huachicol seguramente estarán cómodamente sentadas, esperando que el desgaste del presidente y la presión sean tan altas que tenga que ceder y volver a abrir los ductos. Única forma real de acabar con el desabasto.

Hoy López Obrador anuncia que esta semana se estarán reabriendo los ductos, con reportes de un puñado de detenidos y tres “funcionarios de Pemex” bajo investigación.

Los resultados del plan contra el huachicol parecen muy pobres, comparados con los costos económicos que tuvo el desabasto. Esperemos que esta lección le sirva al nuevo gobierno: urge mayor planeación y menos improvisación.

Twitter: @Israel_Macias

JJ/I