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Charlatanes y usurpadores

Un(a) charlatán(a) es aquella persona que habla mucho e interviene sobre el problema o la necesidad psicosocial o emocional de otra persona, sin la preparación académico – profesional y sin sustento científico – técnico y legal para supuestamente ayudarle y que generalmente utiliza:

Placebos: sustancias que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, producen algún efecto favorable y temporal en la persona, si esta la recibe convencida de que esa sustancia posee realmente tal acción.

Manipulación: intervenir con medios hábiles (un discurso muy convincente, presentación de personas que supuestamente experimentaron los beneficios de la acción del charlatán, utilización de publicidad en algunos medios de comunicación sobre la supuesta eficacia de la acción del charlatán, etc.), y a veces arteros y con distorsión de la verdad.

Hace eso a fin de venderle al ciudadano, con alto o bajo costo, servicios y/o productos a mediano o largo plazo ineficaces (que en muchas ocasiones pueden generarle daño y afectar su economía) y abusando de su confianza y buena fe en que le va a ayudar.

Al comprar dichos servicios y/o productos la persona se autosugestiona; la autosugestión es un proceso mediante el cual un individuo autodirecciona a su inconsciente para llegar a creer algo, o fijar determinadas asociaciones mentales, generalmente con un propósito específico. Su éxito está típicamente correlacionado con la persistencia de su uso y su duración temporal.

También lamentablemente existen muchos usurpadores(as) de la profesión del psicólogo que argumentando que tomaron un curso, taller, diplomado, entrenamiento y/o que tienen una certificación nacional o internacional en coaching, en programación neurolingüística, constelaciones familiares, aromaterapia, etc. (sin ninguna validez legal y profesional en México) y sin ser psicólogos(as), ofrecen servicios no científicos y antiéticos de atención a las personas con problemas o necesidades psicológicas; lamentablemente, en muchísimas ocasiones afectan gravemente la vida emocional de las personas, las involucran sexualmente, les manipulan para quitarles sus bienes, les afectan su economía, incluso, injustificadamente, les propician conflictos familiares y/o con sus parejas.

Ya no podemos seguir tolerando la acción de los(as) charlatanes(as) y de los(as) usurpadores(as) de la profesión del psicólogo; no es correcto seguir siendo testigos mudos de los comportamientos irresponsables y potencialmente dañinos de estas personas. Debemos denunciarlos en la Dirección de Profesiones del Estado, en las agencias del ministerio público de la Fiscalía General del Estado o en el Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado de Jalisco.

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da/i