La gloria que se fue

La reunión del Foro Económico Mundial de Davos Suiza, que representaba la gloria absoluta de la globalidad económica, ha venido a menos.

En la edición de este año no asistió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para quien el libre comercio mundial no es prioridad.

Por parte de México no hubo siquiera representación, bajo un desdén que el presidente López Obrador escudó en la crisis de abasto de hidrocarburos que enfrenta su gobierno.

Lo cierto es que la política del régimen dista mucho de impulsar la globalidad económica o el libre comercio, bandera del peñismo, respaldado ciegamente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados del mundo.

Allá en Davos, el organismo que encabeza José Ángel Gurria, ex secretario de Hacienda de México, insistió en su defensa a las reformas estructurares establecidas en el sexenio anterior, bajo el argumento de que permitieron crecer a una tasa superior a la de otros países de la OCDE, sin embargo para no confrontarse con López Obrador admitió que las reformas necesitan reformas para ejecutar los planes prioritarios de la actual administración.

En el ámbito económico el mayor problema es el bajo crecimiento que para este año el Fondo Monetario Internacional estima en 2.1 por ciento, similar al alcanzado en 2018, pero insuficiente para las necesidades del país.

Sin Davos y sin grandes inversiones extranjeras, México tendrá que recurrir al fomento de inversión privada nacional, lo cual está dispuesto a hacer, ya veremos la respuesta de los hombres del capital.

AHORROS

Para el Banco de México será vital mantener a la baja la inflación y favorecer la consolidación del peso contra el dólar, por lo que se mantiene atento a las condiciones de crecimiento en el mundo.

El cierre del gobierno en Estados Unidos puede anticipar una desaceleración en la economía más grande del mundo y ello podría alentar una eventual disminución en las tasas de interés locales allá y por reflejo aquí.

Hasta ahora la expectativa inflacionaria rebasa el 4 por ciento, se confía en que hacia el final del año disminuya y esto facilite la inversión y crecimiento para 2019, mientras que para el próximo año con una tendencia descendente en el crecimiento de los precios se logre un impulso en la inversión y generación de empleos. 

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JJ/I