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Quinto Patio

Aunque desde el gobierno estatal y el Congreso del Estado ya dieron chirrín con chin (traducción: cerraron) al tema de la desaparición del Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM), no significa que en otros espacios no se aborde, revise y discuta. Si en un lado se cierran puertas u oídos o se reformaron normas aniquilainstitutos, el caso sigue su curso por otras rutas. Ayer, por ejemplo, el Observatorio Ciudadano del Feminicidio, una red de 43 agrupaciones en 23 estados, señaló que la desaparición del IJM es un retroceso, “un atentado para el adelanto de los derechos de las mujeres”; critican al gobierno estatal y al Congreso local de incumplir estándares internacionales que el Estado mexicano se obligó a cumplir desde 1995; reprobaron la desaparición del órgano rector de la política pública para las mujeres de Jalisco y demandaron a las bancadas parlamentarias que no aprobaron la extinción del IJM a que presenten una acción de inconstitucionalidad.

En oooootro espacio, el ITESO, tres expertas señalaron que en Jalisco debió discutirse con más calma y de forma pública la desaparición del IJM. Por ejemplo, Ana Sofía Torres, especialista en derecho constitucional y derechos humanos, señaló que los institutos nacional, estatales y municipales de las mujeres son resultado de una trayectoria histórica y tratados internacionales que ha firmado México sobre los derechos de las mujeres y las instituciones que deben cuidarlos. “No es posible comparar a una secretaría federal y una subsecretaría de un estado en el tema de recursos, capacidad de influencia y jerarquía para tomar decisiones. Pero el conflicto está en que el IJM despareció sin una justificación profunda y pública y sin oír a quienes tienen experiencia en el tema. ¿Cómo estaba trabajando el IJM? ¿Por qué una nueva subsecretaría funcionaría mejor? Esa discusión no ocurrió”. (O sea, aunque no falta quiénes buscan hacerlo, al tema no hay que ponerle ni cerrojo ni candado).

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Mientras la Línea 3 del Tren Ligero cada día que pasa se vuelve más un elefantote blanco que atraviesa tres municipios metropolitanos, sin contar hasta ahora con los recursos faltantes del gobierno federal, en el gobierno del estado y los ayuntamientos naranjas se traen entre manos reunir sus naranjas, que diga, sumar sus chequeras para poner en marcha lo que se llama peribús. Esto es, el sistema de transporte que correrá por ese círculo aplastado, irregular, que abraza el corazón urbano tapatío y que es el Periférico. Hasta ahora la línea que circula echa la mocha por el periférico es la 380, que es conocida por la sexochenta, y no nos pregunten por qué ni pidan detalles, porque nos excomulgan.

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Fuentes cercanas a la ex delegada de Sedesol en Jalisco Gloria Judith Rojas Maldonado nos cuentan que anda sin cuidado por el escrutinio del gobierno federal en el tema de apoyos a estancias infantiles, porque presume tener amistad con cierto súper delegado y porque sostiene que dejó toditito en orden.

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El siempre polémico Paco Ignacio Taibo II, gerente editorial encargado de despacho del Fondo de Cultura Económica (FCE), ya tiene en la mira lo que hará en noviembre en Guadalajara, pues escribió: “¿Se imaginan cuántos libros baratos podrá llevar el @FCEMexico a la @FILGuadalajara eliminando gastos superfluos?”. ¡Agárrense, porque no sabemos que tan floja traiga la lengua! (Bueno, alguien de esta comarca le gana…).

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Ya nomás para aflojar la mandíbula, comentemos que investigadores del CUCSH de la UdeG comprobaron algo que, ya lo sabíamos, un poco, un poquito; bueno, un poquititito: que los habitantes de Guadalajara abusamos (nos incluimos, pues) de los diminutivos cuando mantenemos una charla casual. No sólo nos valemos del diminutivo para referir o minimizar situaciones o cosas, sino también para hacerlas ver como relevantes: “La verdad sí está cerquita”, “como que te estás poniendo pesadita”, “al ratito te veo”, “rapidito llego a tu casa”, “te llamo en la mañanita”. ¿A poco no es así, vecinitos y vecinitas?

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JJ/I