La luz se extingue

Al igual que Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encuentra prácticamente en quiebra como consecuencia de las políticas privatizadoras vigentes en el país durante los últimos 30 años.

Actualmente la CFE tiene pasivos por 60 mil millones de dólares que la hacen inviable, pero se tiene la firme decisión de rescatar a esta empresa productiva de estado, responsabilidad que recae sobre Manuel Bartlett Díaz.

Las malas políticas eléctricas sumieron a la empresa en creciente endeudamiento y actualmente sufre una carga de 7 mil millones de dólares que obligadamente debe pagar a los productores particulares de energía eléctrica, que hoy venden a la CFE la mitad de la generación con elevadas tarifas.

Por ello, Bartlett pretende cambiar las actuales condiciones de compra de energía que le impone la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la cual sólo ha beneficiado a los productores privados en perjuicio de la producción pública, a pesar de que la CFE mantiene la facultad exclusiva en la prestación del servicio eléctrico en todo el país.

Se buscará establecer tarifas diferenciadas, al mismo tiempo que se plantea la modernización de las plantas de la CFE, y se incrementa la generación propia para lograr el equilibrio financiero.

Otra meta es redireccionar los recursos por 16 mil millones de pesos obtenidos para infraestructura de trasmisión a través de Fibra E, instrumento que emitió bonos en enero del año pasado para generación eléctrica.

También como Pemex, la CFE sufre de robo de energía, no sólo de quienes se cuelgan de los conocidos diablitos, sino también de grandes empresas que con medidores alterados no registran su consumo real y provocan pérdidas millonarias a la empresa eléctrica nacional.

Titánica va a ser la labor de Bartlett para salvar a la antaño paraestatal y esto tendrá que hacerlo en poco tiempo; existen condiciones para lograrlo pero el reto no deja de ser mayúsculo. Ya veremos.

AHORROS

El triunfo de Alfonso Cuarón en Hollywood, si bien impulsada por Netflix, la más grande empresa productora en streaming, significa mucho para México.

La película no es sólo una buena realización cinematográfica sino que refleja con sutileza y profundidad, al mismo tiempo, los vicios de una sociedad opresora, represora, racista, discriminadora y de sumisión femenina, que ha caracterizado al llamado México moderno.

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JJ/I