La esperanza nunca muere, pero…

En una infinidad de ocasiones escuché y hasta he dicho: “La esperanza nunca muere” o “La esperanza es lo último que se pierde”, etc. Ante la escasez de buenos resultados de los equipos jaliscienses, no queda más que refugiarse en dicho concepto; sin embargo no es suficiente, por favor: ayúdenla.

Comencemos con Atlas. De antemano se sabía que la visita a Xolos en Tijuana sería riesgosa. La perrera más grande del mundo es un escenario hostil, no sólo para los Rojinegros; sino para casi todos los equipos del futbol mexicano, aun con eso, había confianza… relativa, pero confianza al fin.

Ya en el juego, la realidad de ambos equipos se impuso ante nuestras miradas: los fronterizos sacaron claras ventajas y el Atlas se fue cayendo con el correr de los minutos. Nada que alegar, clara y manifiesta derrota. ¿Para qué está Atlas? Imposible predecirlo; aunque se antoja difícil pensar en un optimista porvenir. El futbol de los rojinegros es precario, carente de agresividad al ataque y con una notable fragilidad defensiva. De verdad, cualquier tipo de esperanza es más un gesto plagado de ilusiones, que una condición de realidad. Atlas no está para grandes cosas, así de categórico y desgraciadamente, también: así de simple.

Ahora vamos con Chivas, aún hoy en zona de clasificación, pero el equipo no muestra argumentos sólidos para alimentar demasiadas expectativas.

El Rebaño recibió a Rayados del Monterrey y aunque se mostró con ganas, con enjundia, también se vio limitado. A la ofensiva quedó claro que, contra rivales de menor cuantía, marca diferencias. Contra los poderosos, el panorama cambia sustancialmente. El liderazgo que algunos muestran contra equipos endebles, desaparece casi por completo ante los importantes. Sólo Isaac Brizuela escapa a esa regla. Y sumado a ello, desde el banquillo, tampoco llegan grandes decisiones por parte de José Cardozo. El paraguayo, con sus cambios, muchas veces deja a la vista la misma desesperación en la que caen sus propios jugadores.

Vuelvo al inicio: todos tienen derecho a sostener ciertas ambiciones, con una aceptable dosis de esperanza, aunque no puede sólo sustentarse en ella. Hace falta mucho más y si no: ¿cómo piensan ayudarla?

@ArielLeguizamon

Director de Deportes TV Azteca Jalisco*

JJ/I