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Arlequín comienza el jubileo por sus 25 años

Complemento. Felipe Ponce y Elizabeth Alvarado son los codirectores de Arlequín y Página 6, proyecto que también está de fiesta al cumplir ya 15 años. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Felipe Ponce y Elizabeth Alvarado encarnan el sueño de cualquier egresado de la carrera de Letras: tener su propio proyecto editorial. Independiente. Reconocido allende las fronteras. Sólido. Exitoso. Y, en este 2019, plateado. El sello cumple este 15 de marzo 25 años de existencia y marcan esa fecha porque es así como lo señala el colofón de su primer libro publicado: Folios de aguatinta, de Jaime Casillas.

Hoy, 31 mil 276 páginas después, y con un proyecto paralelo para servicios editoriales, Página 6, la pareja se jacta de sobrevivir en un mercado complejo en un país como México, en el que las industrias culturales no son tan rentables como en otras partes del mundo. No, perdón, no sobreviven: viven y lo hacen bien, con prestigio internacional y sin tener que salir de su propia ciudad.

NTR. A mí me gustaría que nos contaras, Felipe, si visualizaste que llegarías a este punto cuando empezaste con el proyecto.

Felipe Ponce (FP). Con toda sinceridad: no. Porque en un principio el reto era, quizá, poner juntos en el librero tres, cuatro o cinco títulos y verlos con cierta homogeneidad. Ese era un primer reto que por fortuna rápido se superó y no imaginaba que iba a tener siquiera ese desarrollo ni que se convirtiera en una forma de vida. No solamente para mí y las personas que estamos encabezando esta editorial, sino también para otras personas.

Tampoco imaginaba que íbamos a formar lectores, a tener esa retroalimentación, que vivimos de un modo muy particular, quizá en cada feria del libro o algunos puntos donde de pronto nos invitan a vender, cuando se acerca alguien y te dice que leyeron tal o cual libro hace 10 años, que quedaron contentos, satisfechos… no sabía que íbamos a publicar autores de trascendencia internacional y pues tampoco imaginaba que una editorial representa finalmente capital cultural importante, que tiene ciertas responsabilidades también culturales, grandes, como el hecho de, nuestro caso, que es algo que nos gusta mucho, volver al pasado y traer obras al presente, darles nueva  vida y darles la oportunidad  a los lectores contemporáneos que vuelvan sus ojos al pasado.

En 25, hay algo que no ha cambiado: la esencia de la edición. “Es la selección, hay que discriminar en un sentido muy preciso. Es decir, seleccionar lo que nos interesa y lo otro dejarlo de lado y eso lo conocimos sin meditarlo, desde un principio, sin reflexionarlo, nosotros ya sabíamos que estábamos haciendo labor editorial, seleccionando a quién íbamos a publicar”.

NTR. ¿Cómo eran esos primeros procesos de producción de los libros?

FP. Cómo se imprimen los libros y cómo se venden, eso sí ha ido cambiando. La tecnología ha sido una bendición para nosotros, siempre somos muy receptivos a los cambios y nos adaptamos muy bien. Imprimíamos en offset, ahora es en prensas digitales. Antes ni en sueños estaba hacer las publicaciones electrónicas porque en esa época no existían, y ahora el libro electrónico sale primero que la versión impresa y también tenemos audiolibros. Si hablamos de un proceso interno de revisión de los textos… ese sí en realidad poco ha cambiado, aquí hay revisores que dejan un poquito de sus ojos en la revisión de las obras sobre papel, digamos que en ese sentido trabajamos como los correctores y editores antiguos, corregimos pruebas de galeras, vamos anotando con lápiz rojo pruebas impresas que después se trasladan al archivo electrónico. Aquí hacemos el diseño, por supuesto. Aquí se eligen las portadas. No fuimos de eso editores que subcontratan, les hacen los trabajos y ellos mandan a imprimir y ya. No, nosotros estamos muy inmersos en todo.

Amplio. La editorial cuenta con publicaciones de novela, poesía, ensayo, no ficción, cuento, microrrelato, teatro y aforismo.
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NTR. ¿Cómo se ha integrado la gente al trabajo?

FP.  En un primer momento éramos amigos y socios sin interés mayor que sacar algunos pocos libros. Después esto se fue haciendo complejo y requerimos, quizá en el 2000, la ayuda de personas contratadas para que trabajaran con nosotros, contratábamos quizá a conocidos en un primer momento; después en 2006, 2007, cuando ya se integra Elizabeth, empezamos a formalizar los procesos de selección del personal. Al principio eran practicantes de la carrera de Letras, con el paso de los años se han quedado de planta. Nos interesaba ser una fuente de trabajo y de tener la posibilidad de capacitar bien a las personas, pues nos importaba justamente que tuvieran una relación larga con nosotros. Y así ha sido en casi la mayoría de los casos. ¿Por qué? Porque tú bien sabes que no hay medios donde capacitar o especializar a la gente, ya sea de Diseño o de Letras, que son las dos carreras más afines es este tipo de empresas. En las universidades no hay especializaciones claras en el ámbito editorial. Hay una materia, dos materias a lo mucho, en cada una de las carreras que te mencioné, pero no una especialización como sí existen otros países. Por ejemplo en Argentina nos contaban que había una especialización como corrector de estilo. Acá nos interesa traspasar el conocimiento de mejor manera, ya una experiencia, un camino andado.

NTR. ¿Cómo se toma la decisión de robustecer a Arlequín con Página 6?

Elizabeth Alvarado (EA). Fue un paso natural, porque mucha gente conoce el trabajo que hacemos con Arlequín. La gente tiene empatía por las publicaciones, por cómo están realizadas. Esos lectores, esos consumidores de libros tenía interés en que alguna vez su libro tuviera esa apariencia y ese buen trabajo, esa buena hechura. Así que venían con libros de temas que en realidad no entraban en nuestro catálogo, desde biografías, investigaciones… Y nosotros simplemente decíamos: no podemos hacerlo, porque no nos dedicamos a eso como tal. Alguna vez ya, un cliente sí se quedó como desconcertado, porque, pues “¿cómo? Si tú haces libros, ¿cómo no puedes hacer el mío?” Y fue así como nos movió ahí el esquema que teníamos y dijimos: es cierto, podemos tener una empresa para ofrecerle a todas estas personas el servicio, hacerles su libro a su gusto, sin el compromiso como lo tenemos en Arlequín de formar nuestro catálogo, respetarlo, de no prostituir la marca y contribuir a que haya más flujo económico y poder seguir. Tomamos la decisión en 2009, que fue además un año muy complicado económicamente.

NTR. ¿Hay algún ritmo de trabajo para Arlequín, por decir, una meta anual de publicaciones que sea fija? ¿O es de manera natural?

FP. Se va dando de manera natural aunque nuestro promedio puede ser unos 15 títulos al año. El año que menos publicamos fueron ocho títulos. Pero no tenemos una meta fija según se van dando las posibilidades. Por ejemplo el año pasado fue interesante porque publicamos muchas traducciones. Generalmente tenemos por lo menos una traducción al año. Pero en 2018 se dieron cuatro. Dos en portugués de José Luis Peixoto, una de Germano Almeida, y una más de una novela que se llama Carnaval brutal, de Ales Steger, que fue del esloveno al español.

NTR. ¿Cómo empiezan estas relaciones con los autores de fuera? ¿Cómo fue el hallazgo del exterior?

FP. Puede ser un encuentro casual en algún sitio. A través de una agencia literaria, más formal. Puede ser que nosotros conozcamos por alguna referencia a alguien y salga el interés por su obra. La relación por ejemplo, con los eslovenos se dio de manera circunstancial, había una coincidencia con un mexicano que andaba por allá. Y hubo un claro interés de los eslovenos por Guadalajara, por México, les parecía muy atractivo y demás sabían que había una feria aquí. Y fue desde los primeros momentos. Por ejemplo, alguien en Chile de algún modo conoció nuestros libros, de esos modos insospechados que uno realmente no pude rastrear quién le dio el libro a quién, dónde lo compró. Un ejemplo reciente, en 2015 nos invitan a España a participar en el Festival Ñ, para ser jurados, y que nuestra editorial fuera parte de una actividad donde se conocen los nuevos autores.

Memoria. En esta imagen se aprecia el colofón del primer libro publicado por Arlequínb, que vio la luz el 15 de marzo de 1994.
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NTR. También las ferias del libro les han servido para darse a conocer.

EA. Sí, por ejemplo ahorita, hay gente en el Facebook que nos pregunta: “¿van a estar en (la Feria del Libro de) Minería?” Entonces eso sí nos ayuda a proyectar. También podemos obtener algún eco que nos permita saber dónde consiguieron nuestros libros o qué impacto tuvo esa participación ahí, si la gente tiene interés en volver, incluso después mandan un correo para preguntarte cómo pueden adquirirlo si no se lo llevaron en ese momento. Ha habido libros que se exhiben y no quiere decir que porque no se vendió no va a tener repercusión en el largo plazo.

NTR. ¿A 25 años, cómo podrían definir qué es lo que los tiene más satisfechos de estar aquí?

EA. A nivel personal, creo que la mayor satisfacción es lograr un trabajo editorial continuo y que se refleje en el catálogo con esa coherencia, porque no tenemos algo escrito que diga “Arlequín es así en sus publicaciones”, sino que todo lo demostramos con la coherencia en el orden del catálogo y que no tenemos una resistencia a vincular tanto ediciones publicadas, impresas, ediciones digitales, audiolibros, o sea, hemos incursionado en todas esas oportunidades de difundir la literatura, pero también de negocios.

FP. Me alegro de que no nos hemos equivocado en el camino, de que esto ha cuajado. En términos culturales, estaba satanizado en nuestras épocas el hecho de que te pensaras y quisieras hacer negocio con esto, por una inferioridad cultural, una inferioridad económica, una inferioridad en muchos sentidos, así lo veo ahora y así lo veía. ¿Qué ha sido mi labor? Quitarme muchas telarañas, muchos prejuicios. Tuve una maravillosa educación en la Universidad de Guadalajara en Letras, pero lamento que no me ayudaran a tener las herramientas de negociante para poder subsistir como egresado y poder creer y empeñarme en una empresa como ésta. Me tocó descubrirlo por mi cuenta. Me honra saber que con el paso de los años, no estaba equivocado en mi idea, se ha normalizado el tema de las empresas culturales, que en mi época era novedoso, y me criticaban y me satanizaban.

Además nos enorgullece mucho ser una editorial tapatía, de este lado del mundo, que no tiene problemas de provincianismo, para nada, no tenemos esa bronca en esa tara mental. Muy orgullosos de ser tapatíos, pues yo soy de Guadalajara, no se me puede negar, soy muy del sur de Jalisco… pero siempre estamos con un ojo en otros lados, viendo posibilidades de negocio en otros países, con autores de otras lenguas.

Lo que viene

Entre los proyectos para este año se encuentra la edición exclusiva en México de Errores correctos, de Alberto Gómez Font, un filólogo español, quien ha sido corrector de estilo y formó parte de la Fundación del Español Urgente (Fundéu)

CIFRAS

  • 25 años
  • 208 títulos publicados
  • 84 títulos impresos
  • 113 títulos en e-book
  • 16 audiolibros
  • 385 autores publicados (74% hombres, 26% mujeres)
  • 31 mil 267 páginas impresas

Contacto

La editorial tiene venta directa en sus instalaciones de Teotihuacán 345, en Ciudad del Sol, Zapopan, así como en línea en su portal arlequín.mx

JJ/I