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Lemebel, la despedida de la Yegua

“Antes del artista, está el homosexual… la palabra gay no se adapta a lo que significa ser un homosexual pobre en chile gueon” dice Pedro Lemebel después de alguno de los performances que presentaba acompañado por el creador Francisco Casas. Juntos eran las Yeguas del Apocalipsis, dos artistas homosexuales que se posicionaban desde un exilio social que reconocían, pero que se negaban a dejar pasar, mucho menos a aceptar. 

Lemebel es el apellido inventado de su abuela materna y el que elije Pedro para comunicarse con el mundo. También es el nombre del documental de la directora chilena Joanna Reposi que se presentó en esta edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) dentro de la programación del Premio Maguey.  El documental Lemebel se estrenó en Chile en agosto pasado y llegó al FICG con el premio Teddy de la Berlinale 2019 al Mejor Documental de Temática LGBTIQ+.

Pedro Lemebel fue un personaje complejo. Su personalidad poliédrica conseguía tejer lazos creativos con artistas y activistas de diferentes luchas, especialmente la feminista. El trabajo de Reposi busca posicionarse en el contexto íntimo de un escritor performer que encuentra en su casa de infancia, en su barrio, en los espacios que él llama la arqueología social de Salvador Allende, fragmentos del personaje que conscientemente va construyendo. Ahí está su voz, en el performance que pinta un mapa con su sangre, en la custodia de agujas con la que él mismo se corona, en el fuego que prende una y otra vez para decirle al mundo que es un colisa, una loca, un boca chupona, un maricón, un Tereso, un poeta hippy que enciende el lenguaje con sus provocativos tacones.

“No dejes de filmar” le pidió Lemebel a Riposi. El poeta y cronista se iba apagando mientras el cáncer de laringe lo invadía. Él tenía prisa por continuar creando, por robarle tiempo a la muerte. En el documental aparece ese afán, así como piezas temporales de su vida que viajan de los años setenta hasta sus últimos días en 2015. Hoy, que la causa feminista es acusada de violenta, ver y escuchar a Lemebel nos recuerda que sí, que la lucha social siempre ha sido señalada así, que para quien vive fuera de los márgenes no existe otra manera de ser oído y que nos corresponde hacer que el grito suene más alto, que moleste más, mucho más. 

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JJ/I