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Ramón Ramírez, los recuerdos clásicos de un ídolo

(Foto: Archivo)

Mañana se juega un Clásico más entre Chivas y América. Uno más en la historia de un partido que oficialmente se disputa desde 1943, y en el que a través de los años se han escrito capítulos memorables que tuvieron infinidad de protagonistas que marcaron por siempre a diversas generaciones.

Uno de los personajes más emblemáticos del duelo que acapara los reflectores del futbol mexicano fue Ramón Ramírez Ceceña, quien se consagró como un ídolo del Rebaño, y que involuntariamente vistió por un torneo la camiseta del acérrimo rival. Supo lo que era estar en ambos bandos, pero por el tiempo, se identificó más con el Guadalajara para vivir con intensidad uno de los juegos más esperados de cada temporada.

En charla con NTR, el nayarita retrocede en el tiempo y repasa sus mejores momentos, los más gloriosos, pero también los golpes dolorosos y pasajes en el vestidor.

Han transcurrido 14 años desde su último Clásico, pero Ramírez mantiene viva su memoria, como si hubiera ocurrido literalmente ayer, viaja a través del tiempo, aterriza, se estaciona, analiza, y se escucha una voz tranquila, sin aferrarse al pasado, pero orgulloso de lo que fue y del rol protagonista que tuvo en su momento.

“Siempre vienen recuerdos buenos y otros no tanto, porque así son los Clásicos, a veces se ríe, se sufre, a veces se llora, pero definitivamente es un partido diferente, y eso el propio jugador lo tiene que saber. Efectivamente vale 3 puntos igual que cualquier otro partido, pero en el sentimiento del aficionado y de los medios de comunicación sí representa mucho más con el propio equipo y aficionado. Una buena actuación también te puede dejar marcado”, dice vía telefónica desde Estados Unidos, donde radica desde que aceptó la oferta de jugar para el desaparecido Chivas USA.

Y luego agrega con puntualidad, sin extraviarse en ninguno de los episodios.

 “Algunos de esos recuerdos es cuando anoté mi primer gol con la playera de Chivas es precisamente contra América que desgraciadamente perdimos 4-3 en el Jalisco. Luego aquella famosa goleada de 5-0, la remontada en el Azteca de 3-2, son recuerdos gratos. Pero también ellos nos dejan fuera en una Liguilla (Invierno 97), se nos complicaba más ganarles en el Jalisco que en el Azteca, eran partidos de mucha pasión, rivalidad, tenía muy buenos amigos ahí pero en la cancha eso se olvidaba”.

¿Cuáles son las sensaciones en los días de entrenamiento?

El entrenamiento tiene que ser el mismo, pero sí percibes y aunque el jugador a veces no lo quiera decir abiertamente todo lo que circula alrededor como las tendencias de los equipos, el cómo llega uno, cómo llega otro, quién tiene etiqueta de favorito. El jugador se rebela cuando se da cuenta que la opinión general está en su contra o cree que va a ganar el otro equipo, entonces te sacan el orgullo, y ahí juega mucho el sentimiento de cada uno porque quieres dar tu mejor exhibición, que vas a anotar un gol, o vas a tener una gran actuación, o qué pasa si pierdes, si fallas, es una mezcla de muchas emociones positivas y negativas, y todos lo saben aunque no lo expresen. Ya en el partido es saber controlar los nervios, el confiar en ti mismo, tener equilibrio en el conjunto. Pero sí, el jugador pasa por esos estados de ánimo con mucha facilidad.

¿En la charla previa en el vestidor influye la charla de motivación del técnico, aparte de escuchar el ambiente en el estadio?

Es como el cerrojazo de una semana intensa de opiniones, de pronósticos porque un resultado influye sobre el aficionado, el que todo salga bien y no fracases, es el detalle final al llegar al estadio y veas toda la gente, la división que hay entre ellos, y uno dice: ‘a esta gente no le puedo fallar, le tengo que regalar el triunfo’. Y bueno, la charla técnica tanto del técnico como de los jugadores es para desahogarse porque el entrenador ya no puede jugar y él quiere desahogarse a través de una buena platica motivacional, y el jugador la recibe. Al principio de los Clásicos pasa más por el sufrimiento, la garra, la enjundia, la lucha, la actitud antes de lo futbolístico, y conforme pasa el partido te das cuenta que eso no es suficiente para ganar un partido que sí son importantes esos elementos, están implícitos y los debes tener siempre, y la diferencia la marcará el que mejor sepa explotar sus condiciones.

¿Cuando un técnico se está jugando su trabajo en un Clásico, le genera más tensión al jugador?

Sí, en ambos, porque el jugador entiende y percibe que no le ha respondido al entrenador como quisiera sobre todo en el resultado, y el técnico sabe que depende de un partido de estos, no es lo mismo perder –y sin menospreciar a nadie- perder con cualquier otro rival a perder en circunstancias adversar contra Atlas o América sí puede marcar diferencia.

¿Viviste algunas situaciones similares?

Sí, después del primer Clásico que juego en la temporada 1994-95 en el que anoté dos goles, y de acuerdo a la calidad de los jugadores y que no se estaba jugando bien y no se daban los resultados, a Alberto Guerra le costó demasiado, y quizá mucha gente no lo supo pero él renunció en el vestidor, pero todos hablamos en conjuntos, y llegamos a la conclusión de quienes estábamos fallando éramos nosotros no el cuerpo técnico, y se llegó a buen puerto, Guerra dio marcha atrás en su decisión. La gente se acuerda más del América por Biyik y Kalusha, pero el líder general de aquel torneo fuimos nosotros. Ese partido fue un parteaguas porque el equipo revirtió la situación.

¿Qué representa para un futbolista anotar en un Clásico?

Muchísimo, es una cuestión de popularidad, de imagen, no es lo mismo que le anotes un gol o que valgan lo mismo a cualquier otro equipo a que lo hagas en un Clásico, sobre todo si ese gol marca diferencia. Podrán recordar muchos goles a lo largo de tu carrera, pero el que le anotes al América o el que le metan a Chivas se recuerda más que cualquier otro.

¿La goleada del 5-0 en el Invierno '96 jamás fue imaginada?

Es impensable eso. Los jugadores en un Clásico jamás salen pensando en que van a golear porque saben que son partidos cerrados, muy complicados, en el que el margen de error es muy poco, sí sales a superar al rival pero jamás vas a golear, eso se da según las circunstancias. En aquel partido, ellos estaban bien dirigidos por La Volpe, y luego cuando anotamos el 1-0 se da la expulsión de Luis García, y después viene el segundo porque quisieron mantener el estilo ofensivo, y con la desventaja aprovechamos todos los espacios que se abrieron.

¿Cómo percibes la actualidad de ambos equipos?

Yo creo que a la base del once titular no les veo mucha diferencia, sí creo que la experiencia e individualidad de algunos jugadores del América ayuda a creer que están un pasito adelante. Pero el once que inicia de Chivas contra el once de América sí los veo parejos, luego, lo que puede marcar diferencia son las bancas, porque el equipo suplente de América es muy competitivo, y la del Guadalajara tiene muchos jóvenes. Todo va a radicar en qué tan capaces son los once en hacer un buen partido.

¿Quién está más presionado?

En estos partidos los dos técnicos llegan con presión por lo que significa mediáticamente el resultado. Pero por circunstancias sí llega más presionado Cardozo, sobre todo porque el partido será en Guadalajara, y América viene de una victoria.

¿Sigue siendo la misma pasión de tu época?

Sí se mantiene la misma pasión ya con otros tintes, el futbol se ha vuelto competitivo, de lucha, de mucha disciplina, comportamiento, ya no te puedes agarrar a trompadas como antes porque erróneamente pensábamos que es así como se tenían que jugar los Clásicos, y puedes dejar en desventaja a tu equipo y esa no es la mejor forma de demostrar cuánto quieres a una camiseta, si te peleas o no, y hoy el jugador es más disciplinado en ese aspecto.

¿En qué equipo se siente más el Clásico?

Los dos equipos al interior lo viven de la misma manera, ambos salen a ganar, son partidos muy esperados en el calendario, los estás esperando con ansías, es un juego muy distinto, la rivalidad deportiva se siente, y cada uno con su momento es demostrar que cuando ganas es decir: nosotros somos 50 más uno, se juega con el resultado para ver quién es más popular o más importante en el país.

¿Cuál afición es más pasional?

“Es muy difícil, tú lo percibes cuando logras una identidad, siempre lo he dicho. Yo puedo sentir a la afición de Chivas, y poco puedo palpar a la afición de América, la puedo palpar como rival, o como que alguna vez vestí la camiseta del América. Pero las dos son pasionales, son exigentes, ganadoras”.

¿Extrañas jugar el Clásico?

Ramón primero suelta una carcajada, y después responde: “Yo los veo con mucha pasión en la televisión, quizá cuando te retiras, y después de uno o dos años puedes sentir ese anhelo, pero con el paso de los años los ves de otra manera, y puedo decir que en el tiempo que me tocó lo disfruté”.

jl