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Erik Rubín, artista polifacético

Convivencia. El ejercicio es una de las pasiones de Erik, pero también el viajar. Con la familia recién visitó Japón, Tailandia, Vietnam. (Foto: Especial)

Para Erik Rubín no hay nada mejor que gozar la vida en familia, y esto no sólo queda en la vida diaria o en los viajes familiares, pues ahora lo hicieron trabajando los cuatro en la película Parque Mágico.

La cinta, que se estrena el 11 de abril, cuenta con las voces de Erik, Andrea Legarreta y de sus hijas Mía y Nina.

“Estar juntos en un proyecto es padrísimo, además es una historia familiar, y el saber que pones tu voz a un trabajo que se queda para la posteridad, es increíble. Lo disfrutamos mucho. Mía le dio voz al personaje de June, Andrea y yo somos los papás de June, y Nina se encargó de darle voz a varios personajes”, dijo Erik Rubín.

Este será el tercer proyecto de doblaje en el que participen sus hijas, pues hace unas semanas estrenaron una serie para un canal de niños en el que enaltecen los valores y la educación dentro de la familia y también dieron voz a la cinta Ballet.

Además, Andrea ya ha trabajado en algunos otros proyectos prestando su voz, entre ellos Mi villano favorito y es la segunda ocasión que el también actor presta su voz a un personaje, pues hizo la voz de un León en otro filme, y ahora tiene la fortuna de hacerlo al lado de su familia.

Confesó que a la familia Rubín Legarreta ya les habían ofrecido proyectos para trabajar en familia, pero se decidieron por esta cinta que es mágica y con gran mensaje.

En la historia Rubín presta su voz al padre June, a quien describe como soñadora, inteligente y brillante con la inquietud de crear un parque mágico y la cinta desarrolla todo lo que ella y sus papás pasan con tal de lograr el sueño.

“Me gusta que es un padre amoroso, que lo único que quiere es el bienestar de su hija, apoyarla para que logre sus sueños, para que sea feliz. Me identifiqué con él, porque en la vida real me gusta ser así, aunque tengan ideas descabelladas las animo, hacemos todo por lograrlo”.

Erik Rubín, además de estar trabajando en un futuro disco y como productor del artista Chucho Rivas, comenzará ensayos este mes para ser parte de Jesucristo Superestrella               en la Ciudad de México, bajo la producción de Alejandro Gou.

Con amplia experiencia en el teatro musical, ahora interpretará a Judas y estará acompañado de Beto Cuevas, Leonardo de Lozanne, María José y Yahir.

TODO UN EMPRESARIO

Desde hace un par de años, Erik Rubín se asoció con un amigo para poner un gimnasio y ahora lo hará en otras partes de la República Mexicana.

“En la Ciudad de México ya tenemos cuatro que arrancaron apenas hace dos años, la gente ha conectado mucho con el concepto, la gente pedía mucho que fuéramos a Guadalajara y Monterrey, y ya es una realidad este mes abrimos”, dijo Erik.

Primero lo hizo porque es un apasionado del deporte y porque quería un negocio fuera de la música.

“El ejercicio es parte de mi vida, se vuelve un hábito y cuando no asistes sientes que algo te falta en tu día, cuando no lo tienes lo extrañas y estos gimnasios son para inculcarle eso a la gente, que hagan algo bueno positivo por ellos, se trata de amor propio”, explicó Erik.

“Estos hábitos te hacen bien psicológicamente, mentalmente, estás positivo, la endorfina es muy poderosa y en sí el ejercicio son puros beneficios. La gente que acude se ha convertido en una comunidad”, agregó.

VIAJERO

El ejercicio es una de las pasiones de Erik, pero también el viajar. Aunque esté lleno de trabajo se hace espacio para viajar en familia y con los amigos.

“Un viaje al año es largo, por ejemplo cuando fue a Sudáfrica con Jaime Camil, Omar Chaparro, Adrián Uribe y ocho amigos más”.

“Es muy importante esta parte para mi equilibrio, el viajar con verdaderos amigos, con quienes platicas de todo, reconfortas la amistad y te recreas”.

Con la familia recién visitó Japón, Tailandia, Vietnam.

“Lugares, comidas y paisajes alucinantes. Viajar con mi familia es muy disfrutable, son muy pilas para viajar, les gusta todo, comen de todo, parecíamos niños chiquitos, nos tocó bañar y alimentar a un elefante”, finalizó.

da/i