INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

NO al laicismo

Laicismo significa sin creencia en una religión. Religión es todo aquello que vincula al hombre dogmáticamente con una divinidad y que su moral, además de comportamientos, pretenderán ser regidos por creencias, veneración, ritos, reglas, mandamientos que generan temor y respeto a las consecuencias de no cumplirlas y perder así su salvación para beneficios en otra vida o dimensión.

En el mundo hay escuelas que además de impartir cultura, conocimientos, ciencia, habilidades, practican religiones como el cristianismo, catolicismo, judaísmo, islamismo, budismo, hinduismo, zoroastrismo o mazdeísmo, gnosticismo, bahaísmo, además de religiones orientales, africanas e incluso americanas que se derivan de sincretismos.

En México –que es oficialmente laico– se extiende la diversidad religiosa con más de 6 mil 500 asociaciones, de las cuales hay casi 75 millones de creyentes católicos, convirtiéndola en la segunda con más fieles en el mundo, y su calendario oficial coincide con fechas memorables para los cristianos y católicos.

Benito Juárez, quien fuera diputado, regidor, gobernador de Oaxaca y presidente de México desde 1857, con su pensamiento liberal influenciado por la ideología de la Revolución Francesa, separó a la iglesia del Estado y desde luego de la educación, con la oposición de los conservadores. Hoy que la izquierda gobierna México, sus ideales y nombre han tomado mayor relevancia.

La ciencia, y por lo tanto la educación, es el conjunto de conocimientos sistematizados y objetivos verificables mediante la experimentación y comprobación por lo que religión y el pensamiento científico en esencia no comparten sus definiciones, pues se contradicen los dogmas de fe con la razón.

La historia suma científicos que fueron condenados o asesinados por sostener conocimientos que se oponían a credos religiosos y que con el tiempo fueron aceptados. Por lo tanto, en rigor, religión y ciencia son antagónicos.

Estudiar las diversas, o al menos las principales religiones en un mundo globalizado donde cada vez más convivimos y laboramos entre ciudadanos de diversas partes del mundo y credos, debiera ser parte indispensable de una currícula escolar, sin buscar la obligatoriedad al adoctrinamiento sino antes provocar la reflexión de la conciencia y el pensamiento.

En el mundo, la educación del siglo pasado estuvo en manos de congregaciones religiosas que además de educar, sustentaron sus misiones como hospitales, orfanatorios, comedores, internados, asilos y también fueron la base de proselitismo y sobrevivencia de la organización al encontrar sus vocaciones.

La generación de la segunda década del siglo 21, la generación sin límites; deberá experimentar desde el aula el fomento a los valores universales, el respeto y el conocimiento a la diversidad del pensamiento religioso al ser ciudadanos de un mismo planeta.

@Saucedodlallata

JJ/I