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Inseguridad: ¿culpables, los medios?

El sábado 23, cuando se cumplían 25 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, se registró alrededor de las 17:30 horas un enfrentamiento entre delincuentes y elementos de la Policía de Zapopan en la colonia Loma Bonita Ejidal, donde uno de los malhechores fue abatido y un policía herido que después, lamentablemente, falleció.

No obstante la magnitud del enfrentamiento por la movilización, el caos, el susto de los vecinos por lo sucedido y el fatídico resultado, los dos primeros tuits que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez escribió sobre los hechos fue, el primero, para criticar el encabezado del Grupo Reforma en su nota, y el segundo, luego de reconocer a la corporación policiaca “por su valentía y pronta reacción”, para llamarle la atención “a Mural y a los medios de comunicación en general” y decirles que “en materia de seguridad tienen una responsabilidad muy grande al comunicar”, además de recriminarles que “no se vale usar el tema a la ligera por el propósito de vender más periódicos”.

Ayer, durante su discurso en la toma de protesta de Xavier Orendain de Obeso, como presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara por segunda ocasión, el mandatario estatal se refirió nuevamente a la agobiante –para la ciudadanía– inseguridad pública y otra vez arremetió contra los medios de comunicación y el papel que deben jugar en el combate a este problema que ha rebasado en Jalisco a las autoridades estatales y municipales.

Dijo: “Los medios tienen mucho que reflexionar sobre su papel, particularmente aquellos –afortunadamente poquitos– que decidieron convertirse en promotores del miedo de manera gratuita, y que todos los días quieren asustar a esta ciudad y decir que estamos condenados a vivir en el terror”.

Parece que, en el tema de la inseguridad pública, el gobernador Alfaro Ramírez está obsesionado con los medios de comunicación, no obstante la magnitud del problema, y prefiere atender o enfocarse a lo menos e ignorar lo más. Y lo más grave es, como él mismo lo dijo ayer ante los empresarios, que las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara se hayan convertido en el territorio ideal –quizás porque nadie se los impide o los molesta– para una “disputa muy fuerte de grupos de delincuentes (que) están llegando a matar gente; se bajan de un coche, disparan, se suben y se van. Gente que viene de otros estados solamente a cometer estos crímenes…”.

No deja de sorprender que el gobernador, de antemano, considere que las víctimas y los victimarios, sin investigación de por medio y así calificándolos con el mismo rasero, son integrantes de “grupos de delincuentes”, con lo que quizás se pretenda hacernos creer que entonces las autoridades nada tienen que hacer en esas disputas “entre particulares”.

Pero más sorprende que el mandatario estatal se preocupe por cómo encabeza el Grupo Reforma sus notas que reportan la violencia en las calles de Jalisco o que “afortunadamente poquitos” medios se conviertan “en promotores del miedo de manera gratuita”, sin mencionarlos por sus nombres y sin reparar que lo que todos los medios de comunicación, no poquitos, sino la mayoría, reportan a diario es la realidad de lo que sucede en las calles de la zona metropolitana: homicidios, robos, asaltos...

No son los medios de comunicación los que inventan la realidad que en materia de inseguridad pública viven los jaliscienses, una realidad que por sí misma es promotora –no los medios– del miedo entre la población; una realidad –no los medios– que asusta a esta ciudad; una realidad –no los medios– que nos dice que estamos condenados a vivir en el terror, porque los jaliscienses están tan acostumbrados a esta realidad que ya ni esas llamadas añejamente notas rojas sirven para vender más periódicos.

Los medios no son el problema.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

da/i