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Michael

El documental Leaving Neverland, del director Dan Reed, es aterrador, perturbador e ilustrativo. Posiciona al espectador desde el punto de las víctimas, sin mediar aspectos moralinos, legaloides o religiosos. No aparece de forma evidente la industria musical, tampoco la del show business y no es un llamado a cuentas, simplemente es una narración de las estrategias del cantante Michael Jackson para abusar sexual, emocional y psicológicamente de dos niños, los protagonistas, que ahora son adultos y hacen un recuento brutal, explícito, por momentos inocente y normal de lo que vivieron. La parte dolorosa son las secuelas que han impactado en su vida como adultos.

Durante tres semanas se ha desatado una polémica sobre la veracidad de los testimonios. Se muestran grabaciones de llamadas, faxes, videos y se van hilvanando con los testimonios.

Este documental no es un juicio sumario, sino una radiografía de lo que hacía Michael Jackson: una estrategia de seducción, un ejercicio del poder que le daba ser personaje público y el dinero. Se aprovechaba de del deseo que ejercía su condición de famoso, además atacaba la vulnerabilidad de las familias, habitualmente disfuncionales y con la ausencia del padre. Hay que decirlo, el documental describe a un depredador sexual, no se equivoquen.

¿Conocen los cuentos de los hermanos Grimm?, ¿Caperucita Roja, Hansel y Gretel, por ejemplo? Esos relatos se usaban para difundir a los niños los peligros de la vida de entonces. Michael Jackson, en este relato, es una combinación del lobo y la bruja.

La sistematización de la práctica abusiva habla de un estado de conciencia, no de una inocente forma de llenar un vacío.

En tiempos de #MeToo, la pieza de Dan Reed pone a las víctimas por delante y nos hace conscientes de lo que pasaba dentro de la vida del cantante mientras afuera era una estrella. ¿Y dónde estaban todos cuándo eso pasaba, era tan astuto y sagaz para evitar ser descubierto, es el lobo con piel de cordero?

La aportación al mundo del entretenimiento, más allá de la denuncia, es la manera en que el sistema (personal, disquera, empresarios) es omiso de estas prácticas mientras el personaje deje dinero. Leaving Neverland es la cordial invitación a no echar la basura bajo la alfombra y no tener ídolos.

@tuamigoFranco

da/i