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Quien llegue a Literatura…

Hace un par de días uno de los libreros de ocasión más experimentados me contó una anécdota sobre un colega suyo que, al reconvenir a unos jóvenes, hizo una confesión honesta. Un buen librero, dijo, sólo será cuando mucho un experimentado lector de solapas… por la imposibilidad intrínseca de conocer a fondo los libros que vende, se intuye. Ese reconocimiento expresado por una voz calificada tuvo sentido por la necesidad de atemperar las vanidades de algunos de sus incipientes colegas que, sin la solidez necesaria, querían ser modelo de excelsitud en el oficio.

Nunca está de más bajar la vista y reconocer las fallas y las carencias de toda índole que nos aquejan, cuantimás en estos oficios complejos e inabarcables. Y quisiera llevar esta necesidad de reflexionar sobre de la sempiterna ignorancia al ámbito del ejercicio público relacionado con los  asuntos culturales, pues es de sobra conocido que junto con el nombramiento de un cargo oficial se entrega el bastón invisible de la jactancia. Pareciera que un servidor público nunca podrá reconocer su inexperiencia o sus fallas pues quedaría exhibido ante todos y eso pasaría por debilidad y no por virtud. ¡Cuánto apreciaría yo al que dijese con toda honestidad “no sé y necesito de tu ayuda”!

Todo esto viene a cuento porque hay nuevos funcionarios en dondequiera y tengo mis sospechas de que ya empiezan a trabajar sin considerar a quienes han tenido experiencia mayor o distinta en los ámbitos de su injerencia pública. El ejercicio profesional de los editores, libreros, académicos, escritores y lectores no depende de los tiempos oficiales y por esos mismo hay que tomarlos en cuenta.

Por ejemplo, ¿qué esperaríamos de quien ocupe el puesto de Literatura de la Secretaría de Cultura de Jalisco? Lo obvio, pero nunca visto: que trabaje para la literatura de Jalisco en todo Jalisco; que trabaje con todos y por todos los implicados en la literatura de Jalisco y por los lectores; y que rompa de tajo con los usos y costumbres corruptos con diálogo, cercanía y compromisos concretos, ponderando la colaboración y la apertura, sin parcialidades, favoritismos ni amiguismos. Si debe acabar con tradiciones rancias, mejor; si quiere innovar con tecnología, mejor; si usa la inteligencia, el conocimiento y el amor a la literatura, mucho mejor.

@LibracoFP

JJ/I