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Alfaro y su hueco discurso

El viernes 3 de junio de 2017, en la colonia Lomas del Gallo, el entonces alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, dijo ante los vecinos: “Quiero ver a todos esos que escriben tantas cosas de mí, al Mural, al NTR, a La Crónica… a todas esas basuras que escriben cosas todos los días, denigrando, ofendiendo, atacando. Quiero ver qué han hecho ellos como esto (obras), que le llegue a los talones para cambiar la realidad…”.

Días después –martes 7– emitió un comunicado que tituló “México no necesita silencio” y en el que, entre otras cosas, señaló: “Hace unos días califiqué a algunos medios de comunicación de Jalisco de una manera en la que no debí hacerlo y por eso les ofrezco una disculpa a ellos y a quienes se hayan sentido ofendidos (…). Estaba enojado porque despertar todos los días y leer mentiras y ofensas sobre ti, así como la descalificación sistemática de tu trabajo, a cualquiera le generaría una reacción de esa naturaleza. Pero yo tengo una responsabilidad pública (…) que me obliga a moderar mi lenguaje y atemperar mis ánimos. Lo entiendo y lo asumo como un compromiso de aquí en adelante…”:

Luego añadió: “Más allá de mis declaraciones (…) requerimos medios capaces de ejercer sin obstáculos una función ética alejada de las mentiras y con una independencia real (…). Hoy más que nunca, se requiere ejercer la libertad de expresión y la libertad de crítica para enfrentar los abusos y atropellos del poder; para combatir la desinformación y la manipulación (…). Sin la crítica libre y el disenso abierto no tendremos herramientas para mejorar y corregir el rumbo (…). Es preciso decir que cuando los medios de comunicación se alejan de la verdad no le hacen ningún favor a un país (…), donde el crimen organizado y una parte de la clase política quieren poner de rodillas a quienes (…) ejercen el periodismo libre, crítico y profesional…”.

Alfaro agregó: “La libertad de expresión se debe ejercer de manera frontal y abierta, sometida al escrutinio público (…). No podemos guardar silencio ni ante una clase política que miente ni quienes se ponen al servicio de ésta bajo el pretexto de la libertad de expresión (…). Discrepar, criticar y argumentar públicamente constituyen el núcleo de la libertad de expresión...”.

Categórico expresó: “México necesita que (…) los medios de comunicación y periodistas ejerzan con libertad y dignidad su profesión. De nada nos va a servir el silencio ante quienes mienten y manipulan desde la comodidad del poder…”.

Dos años después Alfaro se olvidó del bonito discurso que escribió en aquel documento cuando, cuestionado sobre la sospechosa licitación para el arrendamiento de maquinaria pesada para el campo, por presuntas irregularidades que ya investiga la Contraloría del Estado, reaccionó así: “Yo no contesto mentiras, esa va a ser mi posición hoy y todo el sexenio (…), y ningún periodiquito va a inventarme una historia de corrupción…”.

Ayer en Tlajomulco, al hacer entrega del lote de esa maquinaria licitada bajo sospecha, Alfaro Ramírez declaró: “Yo sé que a algunos les pesa en el alma que hagamos cosas importantes. Les duele como siempre, ya me sé la historia, la hemos vivido una vez tras otra. Las mismas plumas, las mismas voces, los mismos medios queriendo inventarnos historias (…). Me echaron el caballo encima en Tlajomulco, luego en Guadalajara, ahora en el gobierno de Jalisco…”.

Al escuchar lo anterior recordé sus propias palabras: “Hoy más que nunca se requiere ejercer la libertad de crítica para enfrentar los abusos y atropellos del poder”, se “necesita que los medios de comunicación y periodistas ejerzan con libertad y dignidad su profesión. De nada nos va a servir el silencio ante quienes mienten y manipulan desde la comodidad del poder”.

¡Qué huecas se escuchan hoy!

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.