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Pensar la ciudad

Hace algunos años, a propósito del 50º aniversario del Teatro Experimental de Jalisco, propuse como celebración dar cuenta de su historia a través de una investigación que se concretara en un libro. Me importaba, dado mi apego por los asuntos teóricos y académicos desde lo sociocultural, generar un documento que pudiera, sí, hablar de ese espacio, proponiendo una cierta lectura a razón del paso del tiempo de una ciudad, de su desarrollo cultural en su contexto situado. Así emprendimos una compleja tarea convocando a un grupo de personas de distintas formaciones a escribir desde, sobre y con el teatro como pretexto para hablar de modernidad, urbanismo, cultura, escena.

He tenido la fortuna de habitar espacios simbólicos de la vida cultural de Guadalajara por algún tiempo. Pensarlos, aprenderles, conocerlos, aprehenderlos. Sigo incorporando las historias de sus paredes que rebasan las puestas en escena o el arte de cualquier tipo presentado ahí. Estos sitios dan cuenta del tiempo. De los modos en los que visibilizamos o abandonamos ciertos hábitos, prácticas o rituales que por algún tiempo caracterizaron los usos y costumbres de algún periodo de nuestro devenir social. Los espacios que habitamos o abandonamos hablan de ellos y de nosotros. Son los monumentos que alguna vez erigimos pensando en el futuro. Muchos de ellos, en cada ciudad, han sido dejados al olvido. Otros tantos transformados o resignificados. Pocos conservados.

¿De qué nos hablan estos abandonos?

La paradoja de la modernidad fallida nos estalla todos los días en lo desigual de nuestros propios contextos y territorios. Mientras existen colonias, ciudades y municipios en el total olvido, en condiciones de violencia y abandono muy complejas, existen por igual edificios habitacionales de varias decenas de pisos anclados en centros comerciales. ¿Sobre qué ideas de modernidad se proyectaron los espacios y las ciudades que estamos habitando?

El desarrollo urbano de una ciudad nos arroja pistas. En Guadalajara, tenemos numerosos ejemplos de nuestra propia modernidad fallida mientras se continúa con la expansión hacia cotos y periferias.

¿Y el Centro? ¿Qué preguntas hacerle al devenir histórico del Centro de la ciudad? Ojalá a propósito de la peatonalización del Paseo Alcalde las preguntas sean constantes.

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JJ/I