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AMLO: la realidad lo alcanzó

Confieso que para quienes somos originarios de Guanajuato y radicamos en Jalisco no es muy agradable saber que la también llamada Joya de América ocupa el primer lugar y la otrora Perla de Occidente la cuarta posición en el número de homicidios dolosos en el país, sólo en el primer trimestre de este año.

De acuerdo con cifras del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Guanajuato y Jalisco, junto con el Estado de México, Baja California, Chihuahua y la Ciudad de México, o sea seis entidades, aportan casi la mitad de los homicidios dolosos registrados de enero a marzo y que lo convierten en el trimestre más violento de la historia: 8 mil 737, o sea 8.9 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 7 mil 958 muertes violentas.

En enero se registraron 2 mil 931 homicidios, en febrero 2 mil 875 y en marzo 2 mil 931. Del total de estas cantidades, casi la mitad la aportaron en este orden los siguientes estados: Guanajuato, 947; Estado de México 769; Baja California 747, Jalisco 720; Chihuahua 568; y Ciudad de México, 447. Así de cruenta es la violencia en estas entidades sin que hasta el momento las autoridades tengan o apliquen la estrategia para contrarrestarla. Hasta el momento, lo único que han hecho es ver el espejo retrovisor y echarle la culpa al gobierno que les antecedió.

“Vamos a mejorar todo lo que está sucediendo; nos entregaron un país en crisis, un cochinero, pero lo estamos limpiando”, declaró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador al arribar a Veracruz y ser cuestionado sobre el tema, apenas días después de la masacre de Minatitlán donde fueron acribilladas 14 personas, entre ellas un menor de un año.

En el mismo tenor se ha pronunciado en ocasiones anteriores el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien tiene en su haber más reciente el descubrimiento de 14 cadáveres encontrados en una fosa de un inmueble en la colonia El Colli, en Zapopan, cantidad cercana a los cadáveres encontrados en una fosa en Tonalá en octubre de 2018, que fueron 16. En la Ex Villa Maicera repite en el gobierno el emecista Jesús Pablo Lemus Navarro, en tanto en la Cuna Alfarera en aquella ocasión acababa de llegar al gobierno José Antonio González, también de Movimiento Ciudadano.

Y ante estos escalofriantes números, no se advierten ni por parte del gobierno federal -el de la cuarta transformación- ni del estatal –el de la refundación-, estrategias claras para combatir al crimen organizado y reducir o acabar con el pistolerismo en las calles del país, y particularmente en las de la Zona Metropolitana de Guadalajara, que nos arrojan escenarios como los que ya se han vuelto muy comunes: ejecutados a todas horas, a plena luz del día y en lugares concurridos, o cuerpos encontrados en calles, baldíos y parajes que se han vuelto lugares comunes del área metropolitana.

Hasta ahora todo han sido discursos y reuniones llamadas “mesas de seguridad”, pero que no se han traducido en hechos tangibles para sentirnos seguros ya no sólo de caminar en nuestras calles sino de transitar a bordo de nuestros vehículos o hasta del transporte público. Nuestros gobernantes creen que con atascar las redes sociales de textos con promesas de que se reducirán los índices de violencia y delincuenciales, la tranquilidad y paz llegarán a cada uno de quienes los lean. Nada más lejano que eso.

El silencio de López Obrador frente a la tragedia en Minatitlán es el mejor reflejo de lo que ha sido este gobierno: mutismo total frente a los verdaderos problemas del país –un juego aquello de la disculpa del rey-, cuando como oposición sufría de incontinencia verbal ante hechos similares y exigía respuesta y resultados a los gobernantes en turno. Hoy la realidad lo alcanzó y no sabe cómo enfrentarla.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I