1215 años sin Alcuino

Respecto a unos pocos discípulos, mi propósito es adornar su espíritu haciéndoles conocer el orden de las estrellas, de la misma forma que un pintor querría decorar para un cliente distinguido los techos de su palacio.   

                       Alcuino de York en Alejandro García Avilés, El tiempo y los astros: arte, ciencia y religión en la Alta Edad Media, Univ. de Murcia (2001), p. 23  

En el trabajo derivado de su tesis doctoral García Avilés –profesor de Arte Medieval en la Universidad de Murcia– al estudiar las miniaturas astrológicas de tradición carolingia nos presenta un peculiar personaje, que gozó de gran influencia con el propio Carlomagno (742-814), de quien fue preceptor y consejero: Alcuino de York (circa 735-804), pues según consignan sus biógrafos Paul L. Butzer y Kerstin Springsfeld: “La investigación y enseñanza de Alcuino hizo posible la reforma Carolingia del calendario, para estandarizar el cómputo y la cronología calendáricos para los próximos tres siglos” (Biographical Encyclopedia of Astronomers, Springer, 2007, p.26). En un contexto cultural permeado por la desurbanización, donde el cultivo de las letras y la enseñanza pasó de las deterioradas escuelas clásicas a los monasterios de reciente formación, Alcuino, quien llegó a dirigir la escuela catedralicia de York, es considerado por sus contemporáneos “el hombre más erudito del mundo entero” (The Beginnings of Western Science, The University of Chicago Press, 2007, p.195), y el emperador franco dedica tiempo y esfuerzo en aprender con él las Artes Liberales, en particular la Astronomía.

Bajo la dirección de Alcuino se colectaron y copiaron numerosos libros y manuscritos de la tradición clásica, entre los que se encontraban los ejemplares más antiguos de obras científicas latinas, y ello contribuyó a la profunda reforma educativa y cultural auspiciada por Carlomagno, quien solicitó a quien a la postre se desempeñaría como abad de San Martín de Tours la realización de cálculos relativos a la efemérides de la Luna y explicar fenómenos celestes como la reaparición de Marte y Sirio; Alcuino produjo un gran número de textos didácticos y también técnicos sobre astronomía y matemáticas; falleció el 19 de mayo de 804.

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