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Festival Inventario convoca a las familias


Con música que gracias a la Orquesta Sinfónica de Zapopan recreó a elefantes y a hormigas, niños de entre 3 y 10 años corrieron ayer por todos los rincones del parque El Polvorín, ubicado a un costado del Centro del municipio de Zapopan. Las risas y los grititos formaron parte de la audiencia del segundo Festival del Libro Infantil y Juvenil Inventario, organizado por la asociación civil Inventario, en colaboración con el ayuntamiento.

A pesar de que la clausura fue ayer, en la segunda jornada de esta edición el primer edil municipal, Pablo Lemus, inauguró las actividades señalando la importancia de “promover la imaginación y la felicidad en los niños”, lo que para su administración, señaló, es crucial.

En el evento protocolario algunos niños que participaron en los talleres de la primera jornada, el sábado pasado, le mostraron al presidente municipal sus obras y le contaron parte de sus actividades.

El acento, sin embargo, fueron los libros, entre pasear a sus perritos, comprar aguas frescas, subirse a los juegos del parque o sentarse en un petate a la sombra de los toldos, algunos niños jalaban a sus padres dentro de la zona de stands, donde varias librerías y editoriales mostraban lo mejor de sus libros ilustrados para niños y jóvenes que iban desde historias de ranas, granjas y niños que tienen estrellas en las sonrisas a cuentos de Robert Dahl, entre otros muchos autores que dedican su imaginación a encantar a los niños pero también, contarles el mundo.

Los autores Antonio Malpica y Joaquín Buitrago estuvieron presentes en el encuentro, y contaron durante las jornadas parte de su tarea para abrir nuevos universos a través de los cuentos y de las ilustraciones que crean.

Los autores también firmaron algunos de los libros que los asistentes adquirieron a precios especiales gracias al convenio que la asociación Inventario logró para la ocasión. Así, a las seis de la tarde, aunque no había menguado el calor ni un poco, las familias comenzaron a retirarse con algunos libros bajo el brazo.

El Sol pegaba más duro y a la salida, antes de montar sus bicicletas un niño le preguntó a su papá “¿Por qué a mí no me compraron ningún libro?”, y por toda respuesta, los dos regresaron de vuelta a los stands a dar otra vuelta y decidirse por un título.

EH/I