Caballero sin suerte

La octava corrida de abono de la Feria de San Isidro, en Madrid, acabó por ser una tarde gris, en la que el matador español Gonzalo Caballero resultó herido con una cornada grande y penetrante, que le mandó de inmediato a ser intervenido en la enfermería de la plaza.

Toros procedentes de la ganadería de El Pilar, disparejos de comportamiento y juego, destacando sólo el primero de la tarde, un toro correspondiente al lote de Juan del Álamo, con que el que estuvo entregado, en una labor muy meritoria con la que alcanzó a arrancar los olés de la afición.

El segundo en turno fue el coleta José Garrido, quien estuvo empeñoso pero que no halló opciones con los dos de su lote. Por encima de ellos, el diestro dejó detalles, y se llevó una fuerte paliza que le propinó el primer astado de su cuenta, sin consecuencias graves.

Quien tuvo la peor parte de la tarde fue Gonzalo Caballero, quien apenas lidiaba a su primero de la tarde y se llevó una fuerte cornada que le impidió seguir con su labor. Gonzalo culminó la labor de muleta, y fue al entrar a matar cuando el toro le embistió, propinándole una cornada en el muslo izquierdo de 25 centímetros de trayectoria.

De inmediato fue introducido a la enfermería. Hasta el momento, el parte médico preliminar señala que Caballero lleva una cornada de la longitud antes mencionada, que afectó tejido importante y destrozó el músculo tensor de la fascia, además de producir daños en la cara del fémur y tocar parte del nervio ciático.

El coleta fue intervenido en la misma enfermería de la plaza con anestesia general. Se espera su evolución para un nuevo parte médico consecutivo de su lesión.

JJ/I