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¿Quién informa al presidente?

Mientras transcurren los primeros seis meses de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, las noticias son más preocupantes. A pesar de que él y sus colaboradores, como el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, insisten en encontrarle el lado chistoso y burlón a los temas cotidianos, la realidad dista mucho de ser un chiste.

El sector salud está en una grave situación. Cada día se escuchan y ven historias sobre la desesperación de mexicanos por falta de atención. El ahora ex director del IMSS, Germán Martínez, señala en su carta de renuncia claramente los recortes presupuestales que la Secretaría de Hacienda le está haciendo a un sector tan sensible, y apunta certero: ahorrar y contralar en exceso el gasto en salud es inhumano. “Quitarle al IMSS para repartir el dinero es un ejemplo de negligencia”, escribió en su twitter Claudio Lomnitz. La salud, la vida o la muerte de los mexicanos es uno de los temas más necesarios y urgentes.  El control en exceso del gasto que se ha implementado en los últimos meses ha afectado la operación del instituto que se traduce en falta de insumos y personal, en desatención a los beneficiarios del IMSS.

Lo que la carta de Martínez evidencia, además del caso concreto, es el común de lo que está pasando en el gobierno federal: se podría cambiar el nombre del IMSS por la dependencia que ustedes elijan y notaremos que la lógica es la misma. Las instituciones a mitad del año están semiparalizadas, asfixiadas. Hay una gran confusión, improvisación y caos. Salvo en casos como el béisbol donde anunció una inyección de 500 millones de pesos, una gran cantidad de programas han sido cancelados.  Mientras en cada cuestionamiento, él insiste en que “con honestidad todo se puede” o que “las alternativas se encuentran en ser perseverante y no rendirse” o simplemente cierra cualquier argumento con su ya famoso “yo tengo otros datos”. De verdad me pregunto, ¿quién le informa al presidente la situación del país?, ¿quién le está haciendo tanto mal que le maquilla cifras que contrastan con la realidad?, ¿quién le dice sólo lo que quiere escuchar? Esperemos que también le informe que nos debe explicaciones reales, sin chistes, sin bromas, sin salidas fáciles. Es su deber.

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jj/i